Educación hace públicos los premios fin de carrera que finalizaron en el 2018
15 oct 2019 . Actualizado a las 18:34 h.Cuatro de los 69 premios fin de carrera del sistema universitario gallego estudiaron en el campus lucense y ninguno, un año después de terminar sus estudios superiores, tiene un empleo estable. La Consellería de Educación publicó ayer en el DOG los premiados, tras el análisis realizado por la comisión evaluadora, y por el campus de Lugo los mejores expedientes fueron los de Cynthia López Novo (Veterinaria), Lara María Quiñoá Piñeiro (Administración e Dirección de Empresas), Rubén Iglesias Seoane y María Martínez Blanco (ambos de Mestre en Educación Primaria).
Los cuatro jóvenes lucenses, con diferentes trayectorias vitales y académicas, obtuvieron los mejores expedientes en sus respectivas licenciaturas. El premio que les concede la Xunta es de 3.000 euros a cada uno, pero los cuatro señalan que más que el dinero que reciban, es el reconocimiento al esfuerzo y la dedicación es lo que más ilusión les ha hecho.
Generación JASP
Pero a esta generación de egresados de la USC se les puede aplicar el acrónimo JASP: Joven Aunque Sobradamente Preparado, cuyos miembros experimentan una difícil incorporación al mercado de trabajo tras su etapa universitaria; y que cuando lo consiguen ocupan puestos con salarios bajos (los llamados «mileuristas») o por debajo de su teórica cualificación (sobrecualificación).
Así, Cynthia López Novo, que acabó la carrera de Veterinaria en los cinco años fijados, con una media de 8,54 (muy elevada para este tipo de estudios) a sus 23 años está preparando ahora su tesis doctoral, con la ilusión de poder trabajar en el futuro en el ámbito de la investigación. Ahora mismo trabaja en el estudio de los efectos de la diarrea en los terneros. Tiene una beca de la Xunta de tres años que le permite en estos momentos cobrar un sueldo y cotizar a la Seguridad Social.
Por su parte, Lara María Quiñoá Piñeiro, después de acabar cuatro años de formación profesional en los ciclos de Realización y de Producción Audiovisual en la Fundación TIC (con los que llegó a obtener el premio gallego y nacional) se embarcó en Administración e Dirección de Empresas, donde obtuvo más de un nueve en su expediente académico. En el último año ha hecho un máster en Dirección de Empresas y ahora prepara el doctorado con el fin de dedicarse a la investigación y a la docencia. Tiene 27 años.
Los otros dos estudiantes del campus lucense que consiguieron el premio fin de carrera son de la Facultade de Formación do Profesorado, en concreto en el grado de Educación Primaria. El mejor expediente gallego en esta carrera fue Rubén Iglesias Seoane, con un 9,4 de nota media. Su trayectoria es todo un ejemplo de superación y formación. Tras dejar el Bachillerato y dedicarse tres años trabajar en la construcción, se animó a matricularse en la facultad lucense, a pesar de que no tenía vocación. Pero sus capacidades y aptitudes no pasaron desapercibidas en la carrera y ayer, cuando conocía el premio de la consellería, veía reconocido, a sus 27 años, todo el esfuerzo. En la actualidad trabajó en las brigadas contra incendios, da clases particulares y prepara oposiciones.
Su compañera de facultad María Martínez Blanco ganó el premio de la Consellería de Educación con una media de 9,2. Ella atribuye su éxito al equipo de trabajo en el que estuvo en el centro del campus lucense. Natural de Baixo Miño, apostó por estudiar Educación Primaria, su vocación desde niña, en Lugo, una ciudad que no conocía. A sus 24 años está preparando oposiciones con al esperanza de conseguir hacer realidad su sueño de ser maestra.
La investigación y la docencia son las salidas profesionales a las que aspiran los cuatro premiados