Hace 30 años, saltaban las alarmas por el estado de las pallozas de Os Ancares

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

Las pallozas son uno de los elementos más simbólicos de la comarca de Os Ancares
Las pallozas son uno de los elementos más simbólicos de la comarca de Os Ancares ALBERTO LÓPEZ

Una publicación del Consello da Cultura Galega alertaba de su deterioro

09 abr 2021 . Actualizado a las 11:35 h.

Las pallozas de Os Ancares forman un patrimonio histórico singular en la arquitectura gallega. Esa consideración puede explicar la atención que reciben de arquitectos en particular y de estudiosos en general, interesados en su historia pero también en su conservación. Así ocurría hace 30 años, cuando saltaban algunas alarmas por su estado de conservación y por la formulación de propuestas de reparación.

Que un organismo como el Consello da Cultura Galega se ocupase de las pallozas en una publicación refleja que el interés por esas construcciones llegaba mucho más allá de la comarca ancaresa y de sus vecinos. El volumen destacaba que el abandono afectaba especialmente a los techos, construidos con paja, y que los muros, levantados con piedras, presentaban mejor aspecto.

En agosto de 1991, cuatro meses después de divulgarse el trabajo del citado consejo, se anunció la realización de trabajos de rehabilitación en pallozas de Piornedo (Cervantes) y la construcción de una casa para una familia que aún vivía en una de esas contrucciones. Los noventa fueron años de actuaciones importantes en la montaña oriental de Lugo, puesto que a finales se esa década se anunció un plan, promovido por el Instituto Galego da Vivenda e o Solo (IGVS), para mejorar 16 pallozas y seis hórreos con un presupuesto de 200 millones de pesetas.

Los planes estuvieron acompañados de una polémica a veces estruendosa. En abril del 2001, durante una visita a Cervantes, el conselleiro Xosé Cuíña expresó abiertamente su disconformidad con los trabajos. Tanto fue su malestar en cuestiones como la utilización de algunos materiales -el empleo de mortero monocapa, por ejemplo- que durante la visita anunció que se dejaría de contar con Pedro de Llano, encargado del proyecto, para más actuaciones. Pedro de Llano era autor de publicaciones sobre la arquitectura de Os Ancares, que había explicado en foros y en cursos durante la década de los ochenta. En esa década, con la Xunta autonómica dando los primeros pasos, ya se había prestado atención a las pallozas.

Pedro de Llano fue sustituido por el arquitecto Javier Suances, aunque los ánimos siguieron tensos. La elaboración de un plan de protección para esas construcciones, elaborado por la Xunta, se encontró con la oposición del Concello de Cervantes y de vecinos de la zona, por lo que el documento quedó aparcado.

Los trabajos que se han ido haciendo desde entonces son los de mejora de cubiertas, aunque los teitadores han comentado alguna vez que la paja de centeno necesaria para los trabajos tiene que comprarse en León, puesto que en Os Ancares ya no se cultiva ese cereal. Los vecinos han expresado alguna vez la necesidad de un programa anual de mantenimiento. Mientras tanto, la zona ha ido ganando peso como destino de excursiones y ha sido incluida en alguna etapa de la Vuelta a España.

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