«Hay mucha gente joven que no sabe que tiene problemas de audición»

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

A la izquierda, Inma Tabernera y a la derecha, Fátima Suárez
A la izquierda, Inma Tabernera y a la derecha, Fátima Suárez OSCAR CELA

La Asociación de Colaboración y Promoción del Sordo explica que los audífonos cuestan hasta 5.000 euros y acomplejan a los adolescentes. La pandemia complica aún más la vida de personas con problemas

14 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La mitad de los jóvenes que tienen entre 12 y 35 años están en riesgo de perder oído por estar sobreexpuestos al ruido en contextos recreativos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el 8 % de la población tiene problemas auditivos que derivan en dificultades para tener una conversación en un tono normal. La presbiacusia —incapacidad para oír altas frecuencias— afecta a más del 30 % de la gente de entre 65 y 70 años, aunque el porcentaje casi se triplica para los que suben de los 75 años, ya que perjudica a ocho de cada diez personas. Así lo explica la gerente de la Asociación de Colaboración y Promoción del Sordo (Acopros), Inma Tabernera; y la logopeda Fátima Suárez, desde la sede lucense de la entidad. Hasta hace unos meses trabajaban en el HULA, pero ahora se han mudado a la calle Concepción Arenal, a la altura del número 39. Actualmente atienden a más de una decena de familias, «pero en total y en Galicia, ayudamos a 500», precisa Tabernero.

Coinciden las dos profesionales en que hay mucha gente joven con problemas de audición no diagnosticados. ¿Por qué? La respuesta, según la gerente, es compleja. En primer lugar «en las fiestas de las aldeas los niños juegan junto a los bafles de las orquestas. Eso es terrorífico para la audición. Hemos hecho campañas de sensibilización en concellos», dice Tabernero, que también habla de que los jóvenes que están con auriculares buena parte del día se someten a una sobreexposición que muchas veces desemboca en problemas de oído a una edad temprana. «Hay que usar cascos adecuados, en una posición adecuada, se puede disfrutar de la música a un volumen no excesivo, durante un período determinado de tiempo y con descansos», confirma la logopeda, que asegura que cada generación está más expuesta al ruido ambiental.

Los estigmas

Inma Tabernero y Fátima Suárez explican que las personas que llevan audífonos están sometidas a muchos estigmas: «La mayor parte de la gente quiere tapárselos. Es peor cuanto más jóvenes son porque les genera más inseguridad. A esto se suma que la gente no sabe que hay pérdida auditiva a todas las edades, pero que eso no implica que no pueda llevar una vida normal». Es por ello que desde la asociación insisten en las campañas de sensibilización, que ahora están paralizadas por la pandemia.

En cuanto a la compra de audífonos hay ayudas, pero desde la entidad precisan que muchas veces no llegan a determinados rangos de edad. Además, son aparatos muy caros que van de los 800 o 1.000 euros hasta los 5.000, y además requieren de un mantenimiento, «los audífonos no es solo comprarlos. El coste varía en función de la pérdida auditiva. Las pilas hay que cambiarlas cada cinco o seis días, y en los implantes duran aún menos».

Efectos de una pandemia

La sordera afecta a muchos ámbitos de la vida diaria, pero todo se complica aún más en tiempos de mascarillas: «No nos vemos la boca y muchas personas con pérdida auditiva se apoyan enormemente en la lectura labial. La mascarilla distorsiona sonidos, dificulta que se vea la expresión de la cara. Ahora trabajamos con pantallas, pero estamos testando mascarillas homologadas». El covid-19 ha cambiado la vida a todo un mundo, pero más aún a personas que tienen problemas auditivos. Las más mayores se han enfrentado a un aislamiento motivado por la pandemia, a lo que se suma una discapacidad, «es una situación dramática», precisa la gerente de esta entidad.

«Perdemos oído a todas las edades, desde los 30 y hasta los 70 es una constante»

Acopros tiene servicio psicológico, pero también de atención a familias, ya que la mayor parte de niños con discapacidad auditiva nacen en el seno de familias oyentes, «es un shock», dicen desde la asociación. Informar, ayudar y asesorar es algo fundamental para un grupo de enfermedades que pasan desapercibidas y que suponen un gran peso para las personas que las padecen. «Hay pérdida auditiva a los 30, a los 40 y así hasta los 80», cuenta la gerente de la asociación. El servicio de logopedia es también fundamental para, por ejemplo, el proceso de rehabilitación. «Hay que conocer a las familias, darles información y guiarlas», explica Fátima, que también habla de la importancia que tienen la estimulación o la lectura labial. En el caso de personas mayores, es importante trabajar también el deterioro cognitivo, tal y como cuenta la logopeda de Acopros.

Cribados y revisiones

«A los bebés se les hace un screening cuando nacen, pero ese cribado no implica que luego no puedan tener sordera», dice la gerente de Acopros, que pide que se implanten pruebas auditivas en distintos momentos del desarrollo, «no son caras ni invasivas o molestas, el beneficio de un diagnóstico precoz es enorme».

En conclusión, desde la sede lucense de esta asociación intentan explicar que la sordera «no solo es no oír», implica cambios diarios, en las rutinas, en las relaciones sociales.