Hace 25 años, las provincias de Lugo y A Coruña se unían por autovía

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

Vista de la A-6  a su paso por el municipio de Guitiriz, cerca del enlace con la N-634
Vista de la A-6 a su paso por el municipio de Guitiriz, cerca del enlace con la N-634 ALBERTO LÓPEZ

El tramo Baamonde-Montesalgueiro es el más largo de la A-6 en Galicia

13 jul 2021 . Actualizado a las 19:35 h.

La mejora de los accesos a Galicia, que supuso la superación de las carencias en la conexión de Lugo con la Meseta, fue también un avance en la conexión del norte gallego. Los trabajos realizados en la N-VI en los años setenta mejoraron la entrada en la comunidad, pero también kilómetros más adelante: por ejemplo, el tráfico dejó de bordear la ronda da Muralla en Lugo al construirse la circunvalación, que discurre cerca del río Miño.

Mediados los noventa, el tráfico entre las provincias de Lugo y A Coruña en general y entre Lugo ciudad y A Coruña ciudad en particular iba a beneficiarse de nuevo de una mejora que también tenía repercusión fuera de Galicia: hace ahora 25 años, la autovía del Noroeste (A-6), ya una realidad en algunos tramos, crecía con otros 25 kilómetros.

El tramo Baamonde-Montesalgueiro, con 25 kilómetros, es el más largo de esa autovía en la comunidad. Para encontrar otros de longitud similar o algo mayor hay que ir más allá de Pedrafita: así ocurre, por ejemplo, con los tramo Benavente-La Bañeza (38 kilómetros), La Bañeza-Astorga (31) o San Román de Bembibre-Villafranca del Bierzo (27), que, sin embargo, entraron en servicio después que este de Galicia.

Cuando la A-6 se convirtió en realidad entre Baamonde y Montesalgueiro, solo el tramo anterior (el de Outeiro de Rei a Baamonde, con 15 kilómetros de longitud) quedaba pendiente para que las ciudades de Lugo y A Coruña estuviesen totalmente conectadas por una vía de alta capacidad; entró en servicio en 1997. En el entorno de la ciudad amurallada, ya se circulaba por la A-6 entre Nadela y O Ceao; en la provincia coruñesa, por su parte, estaban listos los que iban de Montesalgueiro a Arteixo.

La autovía no solo hizo más cómodo el tráfico sino que tuvo una incidencia clara en una localidad como Guitiriz. Por un lado, la villa dejó de tener el tráfico, que hasta entonces circulaba por la N-VI, como una presencia constante; por otro, algunas demandas de estos años pasados, aparcadas últimamente, también estuvieron relacionadas con la A-6: el Concello, siendo alcaldesa Regina Polín, intentó que el polígono, situado junto a la carretera Madrid-A Coruña, tuviese un acceso directo a la autovía.

Estos 25 kilómetros también facilitaron la conexión de la Terra Chá y de A Mariña con otras zonas de Galicia, ya que la autovía dispone de un enlace con la N-634 (Irún-Santiago) en el municipio guitiricense, en Portovello. Sin embargo, los avances, como ocurrió en otros tramos, no se vieron libres de polémicas.

Por un lado, la apertura de este tramo, cuya construcción había costado casi 6.000 millones de pesetas, se abrió al tráfico unos dos meses después de lo previsto; por otro, el PSOE, que en marzo de ese año había dejado el Gobierno central tras perder las elecciones frente al PP, criticó que el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, hubiese protagonizado la inauguración de una obra impulsada en la etapa de Felipe González.

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