¿Por qué se han disparado los divorcios en Lugo desde principios de año?

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

LUGO

Edificio de los juzgados en Lugo
Edificio de los juzgados en Lugo ALBERTO LÓPEZ

Las mujeres son las principales demandantes, y las parejas de más de 10 años, las más afectadas

16 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los divorcios y las separaciones son unos de los procedimientos legales que más afectados se vieron por el parón judicial que supuso la pandemia en el año 2020, y Lugo no se libró de esta circunstancia. Las cifras de este tipo de rupturas en la provincia se dispararon en los primeros meses del año 2021, el último plazo para el que instituciones como el Instituto Nacional de Estadística o el Consejo General del Poder Judicial tienen datos.

En lo que llevamos de 2021, Lugo es una de las diez provincias de España en la que se han dado menos divorcios. Este dato refleja una tendencia muy relacionada con la población de cada una de las regiones del Estado, por lo que es lógico que Lugo esté a la cola, pero la provincia también anota una baja cantidad de separaciones con respecto a sus inmediatos vecinos. Ourense, con 125 rupturas legales en el primer trimestre del 2021, es la única que amenaza el liderazgo de Lugo, que se coloca primero con solo 120, muy lejos de los 512 de A Coruña y más todavía de los 531 de Pontevedra.

Dentro de la propia provincia, sin embargo, también hay diferencias. El CGPJ, que divide la región en nueve partidos judiciales, evidencia a través de sus datos que la zona capitalina es en la que se producen mayor número de divorcios, con 46 en los tres primeros meses de este año. Le siguen las capitales de la zona norte, Viveiro, con 22; y de la zona sur, Monforte, con 16. Muy de cerca se encuentra Sarria, con trece, mientras que tanto Vilalba como Mondoñedo anotan una decena. Realmente curioso es el caso de A Fonsagrada y Chantada. Allí, hasta marzo del 2021 no había habido ninguna oficialización de un divorcio en su comarca.

Sin embargo, la previsión actual es que la provincia supere el número de divorcios registrados el año pasado con mucha facilidad. El año de la pandemia, Lugo terminó con 399 de estos procesos. Si continúa la tendencia del primer trimestre, terminará el 2021 con 480, un 20 % más.

El año pasado, la gran mayoría de estas rupturas se dieron en parejas que llevaban más de 10 años casadas (250). Los datos del CGPJ también permiten comprobar, por ejemplo, que fue mucho más habitual —casi el doble— que fuese la mujer la que solicitase el divorcio (107 contra 58), aunque lo más normal era el mutuo acuerdo (234).

Ana Cristina Gómez Barrera, abogada lucense especializada en asuntos matrimoniales.
Ana Cristina Gómez Barrera, abogada lucense especializada en asuntos matrimoniales. Óscar Cela

La convivencia forzosa, una de las causas principales

El aumento de rupturas matrimoniales en los últimos meses es una evidencia. Así lo acreditan varios de los despachos de abogados especializados que existen en Lugo. En uno de ellos, gestionado por la letrada Ana Cristina Gómez Barrera, las solicitudes se dispararon incluso antes de terminar el confinamiento de la primavera del 2020. «Ya entonces tuvimos que empezar a trabajar en divorcios que se hicieron efectivos este año», explica. Para la abogada una de las causas más claras es el aumento del tiempo de vida en común que pasaron muchas parejas: «La convivencia forzada no rompió parejas que estaban bien, pero evidenció los problemas de matrimonios que ya estaban mal antes del covid».

La letrada explica que «cada divorcio es un mundo aparte», pero existen varias similitudes entre la mayoría de los que ha tratado. «Los temores, la pérdida de ingresos y las incertidumbres que provocó la pandemia fueron varios de los motivos habituales para solicitar divorcios», dice.

Parejas que frenan el divorcio por no perder propiedades

Ana Gómez explica que el mayor problema que se encuentran en los despachos suele estar íntimamente vinculado con la custodia de los hijos que el matrimonio tuviese en común. «Lo que más entorpece estos procesos es la negociación sobre la patria potestad de los pequeños. Una vez superada esa fase, se facilita mucho el resto del proceso», dice la letrada.

Estas desavenencias, en ocasiones, pueden ser de tal calado que las parejas llegan a suspender el divorcio con tal de no renunciar a alguno de sus derechos. Así lo confirma Tomás Paniagua, otro abogado lucense. Según él, en varias ocasiones ha tenido que enfrentarse a procesos de separación que «quedaron en nada porque las partes no eran capaces de ponerse de acuerdo en asuntos como la propiedad de la vivienda que poseían en común, la custodia de los hijos o la venta de algún terreno». Estas parejas, por lo tanto, «prefirieron suspender el divorcio y seguir juntos antes de renunciar a alguna posesión o a perder alguno de sus derechos».

«La sociedad ya ha dejado atrás el estereotipo de que es la mujer quien se queda con la casa y con los niños»

De todas formas, estas circunstancias no son habituales. «Es cierto que hay quien usa a los hijos para forzar la situación, pero es muy anecdótico», dice el letrado. De hecho, con respecto a la potestad de los hijos, «la sociedad ya ha dejado atrás el estereotipo de que es la mujer quien se queda con la casa y con los niños», explica Ana Cristina Gómez Barrera.

Eso sí, divorciarse no sale gratis. Aunque hay quien «tira los precios», según Paniagua, «lo normal es que ronde los 800 o 1.000 euros». Siempre y cuando sea una separación amistosa y no haya que acudir al juzgado de lo contencioso. En ese caso, «habría que tener en cuenta las propiedades que tienen en común y sumarlas al coste total, por lo que se podría ir hasta los varios miles de euros», finaliza el letrado.