«La vieja música», treinta años de una película que hizo de Lugo un plató de cine

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Paco Rabal en Estaca de Bares, en el bar que regentaba en el filme.
Paco Rabal en Estaca de Bares, en el bar que regentaba en el filme.

Mario Camus valoró otras ciudades, como Huesca o Ferrol, pero se decantó por la lucense por «ser cinematrográfica»

12 abr 2015 . Actualizado a las 09:05 h.

El 11 de febrero de 1985 arrancaba en Lugo el rodaje de la película La vieja música, dirigida por Mario Camus. Tal y como recoge la crónica de La Voz de Galicia del primer día de rodaje, este estuvo marcado por el mal tiempo y por las interrupciones de los curiosos que se acercaron a ver cómo se hacía cine y a alguno de los protagonistas, Federico Luppi y Charo López. El primero era un entrenador uruguayo que venía al Breogán y a su vez a reencontrarse con una antigua pareja.

La Policía Local tuvo que acordonar el perímetro del rodaje y la vida comercial en el centro se veía paralizada. Por delante había casi dos meses de filmación, con algunos exteriores en Estaca de Bares (una escena con Paco Rabal), Ponferrada, Santiago de Peñalba, San Cibrao-Alcoa, Lavacolla y Madrid. Pero fueron Lugo y el Breogán los protagonistas de la película de Camus, un director que siempre expresó su amor por este deporte -fue jugador- y que reconocía en una entrevista en Fotogramas que «Lugo es una ciudad cinematográfica... Toda la vida transcurre por la Muralla, la gente pasea, se encuentra, es como la plaza de cualquier pueblo. Esto la hace insólita y plástica».

Lugo pasaba a ser un gran plató cinematográfico. Camus le explicaba en 1985 al periodista Ernesto Sánchez Pombo que había barajado otras ciudades pequeñas y donde el baloncesto era protagonista en la época, como Huesca o Ferrol, pero al final eligió Lugo: «Es una ciudad muy cinematográfica y muy poco vista».

Precisamente este aspecto es el que valora el entonces árbitro y hoy edil del PP Enrique Rozas, quien participó en algunas sesiones del rodaje en el pabellón municipal: «Supuso mucho para la ciudad y para el baloncesto. La repercusión fuera de Galicia fue enorme y el paseo por la Muralla ayudó a su conocimiento». Rozas recuerda con cariño el rodaje porque supuso una implicación total de los lucenses -hubo cientos de extras- tal y como se puede ver en las secuencias reales de los partidos del Breogán. «El pabellón estaba lleno y si en la época ya tuvo repercusión mediática, no me imagino qué pasaría si se rodase hoy, con los medios de difusión que tenemos».

Camus venía de filmar una de las mejores películas de las historia del cine español y todo un éxito internacional, Los santos inocentes. Por este motivo, La vieja música era una cinta muy esperada. Pasó por los festivales de Venecia, San Sebastián y Cannes, además de un estreno de relumbrón a finales de septiembre, pero no tuvo buena acogida crítica. Lugo saldría reflejado en todo el mundo y como apuntó el historiador Adolfo de Abel Vilela -en un obituario al entonces presidente del Breogán y amigo de Camus, Mauricio Posada- la película «foi unha propaganda impagable para a cidade, que desgraciadamente non tivo continuidade».

aniversario la ciudad en el séptimo arte

«El paseo por la Muralla ayudó a su conocimiento y difundió la ciudad»

Enrique Rozas

Los actores se integraron en Lugo

La presencia del amplio elenco de actores y el resto del equipo que participó en la película no pasó desapercibida en Lugo, en parte debido a que prácticamente todos se integraron perfectamente en la vida de la ciudad.

Los lucenses recuerdan especialmente a Antonio Resines y Charo López, que andaban casi siempre juntos y cuya presencia era muy habitual, también la de Federico Luppi, en los locales de ocio que en aquellos momentos estaban más en boga en la ciudad como el Pub Dvorak o el refugio de todos los noctámbulos lucenses para cerrar la noche, el añorado Papaventos. Allí departían amablemente con todos los que se acercaban a saludarlos.