Silencios estridentes en la campaña de las elecciones primarias en el PSdeG

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto PULSO LUCENSE

LUGO CIUDAD

22 sep 2017 . Actualizado a las 13:50 h.

Una vez asumido que «políticos y periodistas comparten el triste destino de tener que hablar hoy ya de cosas que hasta mañana no comprenderán totalmente», es más difícil entender por qué en las filas socialistas hay tanto notable que no acaba de decantarse públicamente por uno de los tres candidatos a la secretaría general del PSdeG. Helmut Schmidt, al que se atribuye la reflexión sobre políticos y periodistas que queda reseñada, es uno de los espejos en los que se miraron los socialdemócratas del mundo durante años y años. Si los socialistas gallegos, en general, y los lucenses en particular, tomasen nota de cuanto dijo ese alemán, quizá el PSdeG no estaría en la triste situación en la que está. Frente al prudente silencio zorruno del político, Schmidt alude a lo inevitable (destino) de hablar de lo incierto. Por ejemplo, del resultado de las primarias y de dejar claro con quién está cada uno.

Felipe González hizo del PSOE una gran máquina de ocupación de poder en España. Pero olvidó intencionadamente hacer partido. Y desde entonces, el PSOE, como organización, no ha dejado de ir de cabeza. En Lugo se aprecia muy bien qué le pasó. Desde que en 1999 López Orozco consiguió, por primera vez en el actual período democrático, la alcaldía para el PSdeG, la vida de partido en la agrupación local se fue diluyendo. Para qué vida de partido si ya se tiene el poder? Y así, hasta hoy y probablemente en adelante. Es cosa de ver cómo quienes tienes responsabilidades institucionales evitan aclarar a cuál de los tres candidatos dan su apoyo para la secretaría general del partido en Galicia. Con el pretexto de la neutralidad, callan a la espera de ver por dónde van los tiros. Un error de cálculo podría ser fatal para su futuro político; hay quien tiene poco futuro en otro ámbito y otros que viven más cómodos en la poltrona institucional que en sus ocupaciones profesionales.

Los militantes de a pie observan cómo callan sus preferencias aquellos que los representan en las instituciones y se vuelven más y más escépticos. En el PSOE, también en Lugo, falta cultura de partido, según diagnóstico del veterano socialista que es Díaz Grandío. Lo demuestra el estridente silencio de algunos socialistas con cargo institucional, que olvidan el aviso de Schmidt.