Telarañas y radiadores que llevan un año sin calentar en el centro social de Frigsa

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

OSCAR CELA

«Non nos fan caso, e así estamos. Pedide sinaturas, dixéronnos», explican los usuarios

29 nov 2017 . Actualizado a las 21:02 h.

«Toque, toque. Xa ve, nin chisca de calor. E así leva máis de un ano», planteó ayer uno de los muchos usuarios que tiene el centro social de Frigsa, del Concello de Lugo. Hacía referencia al radiador que está justo al lado de la mesa en la que todas las mañanas un grupo echa las partidas. «E non é cuestión de cambiarse e quitarlle a mesa a outros», advirtió otro de los usuarios.

El radiador no funciona y no lo arreglan. Pero tampoco, dicen, reparan el centro en general, que está hecho un desastre. «O baño estivo a semana pasada tres días sen funcionar. Avisouse e, por fin, arranxárono», apuntaron.

La pintura de los techos se cae como consecuencia de la humedad. Hay una telaraña gigante en una de las columnas del bar que nadie limpia... «E a colcha que tece todos os días a araña ou sabe Deus cantas. Están tranquilas, nin as molestan», comentó una mujer que apuntó con su cayado hacia el alto techo donde está la casa de los arácnidos.

«O panorama pode verse perfectamente. Faga fotos, porque a nós nos fan nin caso. Falamos co conserxe e díxonos que el nada podía facer e que, en todo caso, pediramos sinaturas para mandarllas ao Concello», explicó otro de los asistentes al centro a media mañana de ayer.

Algunos de los usuarios del centro explicaron que habían recurrido a una persona del Concello que consideran encargada de los centros sociales. «Chegamos a vela tres veces e acabou por explicarnos que tiña trasladado as nosas queixas, que fixera xestións pero aquí ninguén fai absolutamente nada, parece como se non lles interesásemos máis que a hora de buscar o voto», expresaron ayer en Frigsa.

El centro fue en su momento centro de polémicas, cuando el Concello suprimir los bailes de los domingos. Se armó tal revuelo que muchos usuarios estuvieron a punto de ir en masa al concello. Finalmente el baile siguió