Vuelta al hábitat natural

Ricardo Hevia

LUGO CIUDAD

30 sep 2018 . Actualizado a las 12:45 h.

Próximo a cumplir 30 años de mi llegada a Lugo y a la ACB, tengo parecidas sensaciones. El mismo movimiento ciudadano, el mismo interés, las mismas preguntas y una sobre todas: ¿Nos salvaremos? La aciaga pretemporada parece haber convertido una plantilla ilusionante en un conglomerado de jugadores poco fiables y no es justo.

Cierto que la baja de Norel es un revés muy duro, hay jugadores claves y difíciles de sustituir. Sin ir más lejos, la llegada de Laprovittola a Badalona y un cambio de entrenador cambiaron por completo el rumbo de la Penya hace pocos meses. Pero no somos un equipo menor por haber llegado de la LEB. El Breogán está ahora en su sitio natural. El Pazo heredó, del antiguo pabellón, fama de cancha dura y se la ganó. Más de 4.000 socios y las gradas repletas de un ambiente encendido, que te levanta cuando caes, configuran un club y un conglomerado que también juega. Y además, la ilusión.

Todo el lenguaje de un partido ACB es tan superior a lo vivido estos 12 años que acaban de quedar atrás, que hay que volver a convertirse en un clásico, a ser un fijo en esta liga. Que nadie dude que la llegada del Breogán a la Liga Endesa es una bocanada de aire fresco necesaria. En muy pocos sitios hay una ciudad tan pegada a su equipo como en Lugo y un apunte: en esta situación difícil, con tantos problemas detrás, una victoria esta tarde es un cheque en blanco, un mes de tranquilidad y un chutazo de fe para los que la han perdido.