Hace 20 años, Lugo veía cerca las obras del auditorio en San Fernando

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

óscar cela

El arquitecto Marcos Parga diseñó el proyecto para dar al edificio uso cultural

24 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace 20 años, parecía que el cambio de siglo iba a suponer para Lugo una transformación urbanística que tendría una clara repercusión cultural, puesto que el viejo cuartel de San Fernando estaba destinado a auditorio municipal. El Concello había convocado un concurso de ideas, y en marzo de 1999 se anunció que el ganador era un equipo del que formaba parte el lucense Marcos Parga. Una cubierta de cristal que dejaría salir la luz interior del edificio era una de los rasgos destacados del proyecto elegido.

Avanzado el mes de marzo del 2000, la actividad del Concello se centraba también en buscar una sede para la delegación de Defensa, antes situada en el cuartel. Llegó a pensarse en dejarla dentro del mismo edificio, aunque el equipo ganador prefirió ubicarla en otro lugar y se pensaba que el sitio idóneo era una parcela de la avenida de Madrid.

Adjudicar esas obras era condición necesaria para poder iniciar las del auditorio. El Concello consideraba que dos o tres meses bastarían para cerrar esos trámites, con lo que en otoño se podría contratar la de San Fernando. Mientras tanto, el arquitecto Marcos Parga subrayaba que el edificio resultaba indicado para el uso cultural que se preveía.

En esos momentos, en Lugo ya se escuchaban reparos a la ubicación del auditorio en ese inmueble. El Club Cultural Valle Inclán organizó un ciclo de charlas sobre la idoneidad del sitio, y el primer conferenciante fue el citado arquitecto, que no dudó en afirmar que el edificio podría convertirse en uno de los polos de atracción del centro histórico. Al margen del valor simbólico que podría alcanzar, también destacaba Parga que en el interior se construiría un nuevo cuerpo que sería casi como una plaza.

Su ubicación, al lado de la Muralla, acabó por ser un obstáculo. Icomos, organismo asesor de la Unesco, elaboró un informe según el cual la obra causaría un impacto visual negativo en el monumento romano y pidió que se frenase la obra. Los planes se pararon, y el proyecto de convertir el cuartel, construido en el siglo XVIII, en auditorio quedó frenado. En los últimos meses se ha comentado la posibilidad de dedicarlo a museo de la romanización, opción defendida por el gobierno local, aunque también hay opiniones que sugieren su transformación en parador: nada concreto hasta ahora. Por su parte, la delegación de Defensa está ahora en la ronda da Muralla.