Hace 95 años, el viaje Lugo-A Coruña por ferrocarril iba a ser más eficaz

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

JUAN CANCELA

El cambio de horarios del tren correo permitiría ir y volver en el mismo día

31 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un cambio de horarios estaba cerca de causar una importante modificación en las conexiones ferroviarias de Galicia. Lo que se iba a implantar era un nuevo horario en los trenes correo que conectaban A Coruña con Madrid, pero esa variación traería consigo otras consecuencias. Sería posible salir de A Coruña y llegar a Lugo en un tren correo, resolver algunos trámites y regresar de la ciudad de la muralla romana a la de la torre de Hércules, en un ferrocarril similar en el mismo día. El avance se alcanzaría al registrarse en Lugo un intervalo de unas tres horas entre un viaje y otro.

La noticia se avanzaba en La Voz de Galicia el 29 de marzo de 1925, y se subrayaba además que la consecución de ese avance no entrañaría contrapartidas: no solo era inminente la posibilidad de ir y volver de una a otra ciudad en el mismo día, sino que el otro servicio ya existente entre Lugo y A Coruña se mantendría.

La llegada de mejoras en la conexión ferroviaria era entonces recogida en la prensa prácticamente como un triunfo colectivo, aunque también las carencias se subrayaban como un grave freno al desarrollo. En las páginas de La Voz de Galicia, el 18 de marzo de ese año, un artículo de B. Calderón titulado Los trenes gallegos ponía de manifiesto las dificultades de conexión con Madrid aportando algunos datos: el tren mixto necesitaba 36 horas para cubrir el trayecto, y el correo, 24.

En el artículo se citaba también que el viaje de París a la frontera española se realizaba en apenas 13 horas y que estaba además prevista una reducción del tiempo que se invertía. Así las cosas, el autor consideraba que si funcionase un tren de A Coruña a San Sebastián con la misma velocidad que el de Francia, merecería la pena subirse a ese ferrocarril, que cubriría la distancia en siete horas y media. Siguiendo luego en el tren que ya funcionaba y que llegaba en 15 horas desde la capital guipuzcoana a la capital de España, el viaje resultaría más corto que en la línea directa. El autor no solo señalaba esas citadas desventajas, sino que criticaba las actitudes de ciudadanos y de entidades que aspiraban a una estación ferroviaria o a un ramal de tren como si se tratase de conseguir una medida de ámbito estrictamente local.

Temores

Por otro lado, los avances para los viajeros del tren también podían suponer a veces algún contratiempo. El 18 de abril, en La Voz de Galicia se anunciaba un nuevo horario en el exprés Madrid-A Coruña, que permitía que en Lugo y en Ourense se agilizase el reparto de la correspondencia, mientras que, en cambio, esa operación podría sufrir algún retraso en la ciudad de destino. Pontevedra y Vigo, mientras tanto, podrían llegar a sufrir el mismo inconveniente que A Coruña.