Hace 45 años, Lugo celebraba a lo grande sus dos milenios como ciudad

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El monumento de Santo Domingo, con el águila sobre una columna, recuerda el origen romano de Lugo
El monumento de Santo Domingo, con el águila sobre una columna, recuerda el origen romano de Lugo CARLOS CASTRO

El bimilenario de la urbe propició la organización de un amplio conjunto de actos

29 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El origen romano de Lugo es sabido por vecinos y por visitantes. La Muralla, elevada a la condición de patrimonio de la humanidad, es el símbolo más conocido, pero no el único, de esa antigüedad. Lo que quizá resulte más difícil para muchos es precisar un momento en el que apareció Lucus Augusti dentro de la Hispania de su momento.

Hace 45 años, Lugo se disponía a celebrar ese origen romano con una cifra tan alta como rotunda. Ser una ciudad bimilenaria era un privilegio del que no todas las urbes podían presumir, y los 2.000 años de Lugo generaron un variado programa de actos que no se limitó a un solo año. Apoyo oficial no faltó, y hasta se creó un patronato encargado de organizar los actos.

En el decreto en el que se anunciaba la creación de ese patronato, cuya formación había propuesto el Ministerio de Educación y Ciencia, se subrayaba que Lugo conservaba gran parte de su legado romano: esa circunstancia y hechos como haber sido cruce de caminos en el noroeste de Hispania justificaban esa medida.

Los anuncios de iniciativas no se hicieron esperar. En La Voz de Galicia, el 26 de septiembre de 1975 se informaba de la publicación del decreto de creación del mencionado patronato en el Boletín Oficial del Estado (BOE); dos días después, se anunciaba que dicho organismo pondría a la venta, al precio de 50 pesetas y sin recargo, 22 series de participaciones de lotería de Navidad con el número 2.000.

Si simbólico era el número elegido, no les faltaba valor a las siguientes iniciativas: en octubre de 1975, en las páginas de La Voz de Galicia se informaba de la construcción de un monumento alusivo a la fundación de la ciudad y de la acuñación de monedas conmemorativas del bimilenario. Incluso hubo un pregón, pronunciado por el escritor Álvaro Cunqueiro: «Una herencia como esta ennoblece a un pueblo», dijo en su intervención, en la que recalcó la importancia de la huella romana en la personalidad de Galicia. Entonces, octubre de 1975, ya estaba en marcha otra de las medidas acordadas, la creación de un matasellos especial del bimilenario.

Los actos continuaron durante 1976, pero las impresiones observadas en los primeros momentos eran favorables: así, el comisario de la programación, José Luis Hernangómez Sastre, aseguraba, en La Voz de Galicia, que existía un buen espíritu de colaboración entre las instituciones y que la ciudad tenía «perfecta conciencia» del acontecimiento.

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