Hace 30 años, Lugo buscaba otra ubicación para el ferial del San Froilán

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El ferial del San Froilán sigue ocupando calles como Rodríguez Mourelo, cerca del parque
El ferial del San Froilán sigue ocupando calles como Rodríguez Mourelo, cerca del parque oscar cela

El Concello quería alejar las barracas de institutos y del parque Rosalía de Castro

19 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Otra ubicación para el San Froilán: he ahí un motivo de polémica y de debate que estuvo presente y que no es fruto de una imaginación aislada, sino que se registró hace 30 años. Los que acuden a Lugo ciudad en el mes de octubre están habituados a ver en el centro urbano las atracciones festivas del San Froilán, aunque ese emplazamiento ha sido motivo de críticas y de división de opiniones.

Lugares como la avenida Rodríguez Mourelo, la calle Doutor Portela y las cuestas del parque Rosalía de Castro se convierten, cada mes de octubre, en un parque de atracciones en el que tómbolas, barracas y puestos de pulpo modifican el paisaje urbano y congregan a miles de personas, tanto residentes en la ciudad como llegadas de otros lugares de Galicia.

Terminado el San Froilán de 1991, tanto el gobierno local, que entonces lideraba el alcalde Tomás Notario Vacas (PP), como diversos grupos parecían coincidir en la necesidad de buscar otro emplazamiento. El regidor consideraba que el ferial podría trasladarse al barrio de Fingoi, situándolo en la zona de la calle Aviación Española. Para el presidente de la corporación municipal, con ese cambio el ferial seguiría estando en un lugar céntrico, aunque resultaría menos molesto para los vecinos. El gerente del Patronato de Cultura, Francisco Rivera Cela, afirmaba que esa ubicación podía ser interesante, si bien mostraba más reservas sobre el impacto que sufriría el San Froilán con el cambio.

Las voces críticas con el emplazamiento no se limitaban a reclamar otra ubicación para las atracciones relacionadas con las fiestas, sino que advertían de sus inconvenientes y de otras consecuencias: un partido como Os Verdes, ausente de la corporación, alertaba de molestias para vecinos y para centros de enseñanza cercanos (el IES Lucus Augusti y el IES Nosa Señora dos Ollos Grandes), pero también denunciaba que las caravanas de los barraquistas se colocaban entre la calle Santiago y la Fonte dos Ranchos, con malas condiciones higiénicas.

Las intenciones de buscar nuevas ubicaciones y las críticas parecieron enfriarse a medida que avanzó el otoño y entró el invierno, sin que ni siquiera la llegada de la siguiente primavera les hiciese resurgir. En vísperas del San Froilán 92, los respectivos equipos directivos de los dos citados institutos volvieron a mostrar su malestar por la colocación de las barracas cerca de los edificios educativos; también el colectivo Os Verdes criticó de nuevo la ubicación, argumentando además que las zonas de césped, de setos y de árboles resultaban afectadas.

Llegaron ese año las fiestas patronales de Lugo, y ni se cambió de sitio el recinto ferial ni hubo grandes modificaciones: como en 1991, la ración de pulpo costó 450 pesetas.

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