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La empresa lucense Congelados Troulo, en concurso de acreedores con un pasivo de 19 millones

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo LUGO / LA VOZ

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Instalaciones de Troulo en Rábade
Instalaciones de Troulo en Rábade ALBERTO LÓPEZ

También está en la misma situación su filial, Congelados Rábade, por 2,8 millones

26 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La empresa Congelados Troulo, con base en Rábade, entró el pasado mes de noviembre en concurso voluntario de acreedores con un pasivo de 19 millones de euros. Su filial, Congelados Rábade, se encuentra en la misma situación con 2,8 millones de euros de pasivo. La titular del Juzgado de primera instancia número 2 de Lugo ya nombró administrador concursal al economista Alberto Leiro Castro, y en estos momentos el procedimiento se encuentra en su fase inicial.

Troulo está especializada en la comercialización y distribución de pescado congelado, sobre todo de pulpo, y las últimas cuentas públicas, que datan del año 2017, hablaban de que manejaba entonces una facturación anual de cerca de 40 millones de euros. El problema de la empresa fue que se topó de bruces con la crisis del covid y con una reordenación del mercado del pulpo que ha encarecido los precios.

El coronavirus fue un disparo en la línea de flotación de la hostelería, y al caer en picado el consumo, Troulo vivió una importante sacudida en las ventas. A mayores, la empresa se vio afectada por el factor internacional. Japón demanda cantidades ingentes de pulpo a Mauritania y Marruecos, que son los mercados de referencia, y esto deriva en un incremento del precio de origen. Fue una tormenta perfecta que puso a Troulo contra las cuerdas y le obligó a recurrir al concurso voluntario, de cara a reflotar la firma.

Ahora mismo, el procedimiento está en una fase inicial. El administrador concursal, Leiro Castro, dispone de hasta finales de mes para elaborar el llamado informe provisional, en el que aparecerán tanto la masa activa como la pasiva de la empresa, es decir, un inventario de lo que tiene y lo que se debe, con las respectivas cuantías y créditos.

La firma está especializada en la comercialización de pulpo congelado
La firma está especializada en la comercialización de pulpo congelado ALBERTO LÓPEZ

¿Cuál es el procedimiento de un concurso de acreedores?

Los procesos concursales tienen diferentes fases. En el caso de Troulo, se encuentra en la inicial, dentro de su concurso voluntario. Por las dimensiones de la deuda, no es un procedimiento abreviado, lo que amplía un poco los plazos habituales.

El informe concursal

El primer paso es la elaboración de un inventario por parte del administrador concursal, en este caso Leiro Castro, en el que se recoge lo que se tiene y lo que se debe, tanto a nivel de cuantías como de calificación de los créditos. Hay que tener en cuenta que no todos tienen la misma calificación. Por ejemplo, los que disponen de garantía hipotecaria tienen privilegios. Este inventario, llamado informe provisional, se presenta ante el Juzgado y este lo remite a todas las partes personadas en el proceso. El administrador, además, le envía una copia a todos los acreedores para que tengan conocimiento de las cuantías y su calificación.

Conformidad o disconformidad

Es entonces cuando los afectados disponen de un plazo para manifestar si están conformes o no con lo incluido. Si todo están de acuerdo con el inventario, el informe provisional se convierte en definitivo, y si no, se inicia el incidente concursal, en el que el acreedor explica su discrepancia y el administrador concursal contesta si tiene o no razón. Si no se ponen de acuerdo, es el juez el que decide.

La fase de convenio: quitas y plazos

Una vez el informe es definitivo, se abre la fase de convenio. La empresa concursada plantea una propuesta razonada y avalada por un estudio económico en la que propone a sus acreedores que le perdonen una deuda determinada y que le den un tiempo para abonar el resto, de cara a sacar la empresa adelante. Los acreedores que tienen privilegio de deuda no votan esa propuesta, dado que a ellos hay que pagarles íntegramente (serían los hipotecarios y las administraciones, por el 50 % de los importes de deuda que tienen). En la votación, si se aprueba el convenio, la empresa vuelve a ser gestionada por sus administradores originales, cesa el papel del administrador concursal, y se sigue adelante.

Si no se aprueba el convenio o la empresa es inviable

Si no se aprueba el convenio, o si la empresa considera que su futuro no es viable, entonces se solicita la liquidación. En ese momento los administradores societarios cesan y toma las riendas el concursal, que en primera instancia intenta encontrar un comprador para el conjunto de la unidad productiva. Es decir, alguien que se haga cargo de las naves, los clientes y demás, y que continúe con la actividad. Si no es posible encontrar un comprador para todo el conjunto o si las ofertas son insatisfactorias, se procede a liquidar la empresa por partes. Ya sea con una gestión directa o en subasta pública.