María Eguizábal, de ELYELLA: «Si a alguno de los dos nos asoma el ego, enseguida nos salta una alerta»
LUGO CIUDAD
A punto de publicar su segundo disco, con colaboraciones artistas de referencia de la escena «indie», el dúo de DJ y productores actúa el sábado en el Caudal Fest, en Lugo
19 sep 2025 . Actualizado a las 13:05 h.Él, Mønø, oculto tras una máscara. Ella, María, parapetada tras un antifaz. Juntos, ELYELLA, conforman el dúo de DJ y productores más excitante de la escena indie española. Hace una semana publicaron Cuándo cerrar, un tema propio cantado por Iván Ferreiro. En octubre verá la luz su nuevo disco, Lo más importante, con colaboraciones de Love of Lesbian, Lori Meyers, La La Love You, Siloé, Merino, Suu o Besmaya, entre otros. Y no, no es un disco de remixes, como la mayor parte del público piensa. Es un disco de canciones escritas por ELYELLA, pero cantadas por artistas a los que ellos invitaron. «Sí, eso es algo con lo que tenemos que lidiar cada día. Entendemos que aún lo tengamos que explicar por el lugar desde el que nacimos, como DJ y haciendo remixes. Y además, claro, como oyes cantar a La La Love You o a Viva Suecia pues ya piensas que son temas de La La Love You o Viva Suecia. Pero no. En este caso, es al revés», explica María Eguizábal.
—¿Qué es «Lo más importante»?
—Lo más importante es uno mismo. Desde ahí parte todo. Y eso se va a ver muy reflejado en el disco, porque hablamos mucho del autocuidado. Solo estando bien contigo mismo puedes estar bien con los demás, construir algo y mirar hacia adelante.
—¿Cómo seleccionasteis a los artistas invitados?
—Todos los hemos buscado nosotros. Eran gente con la que queríamos trabajar. En algunos casos fue: «Nos encantaría tener un tema con Love of Lesbian, entonces vamos a hacer una canción para conquistarles». Y en otros íbamos trabajando y cuando teníamos el tema terminado decíamos «pues en este vemos a tal artista». Y entonces le escribimos y se lo proponemos.
—«Cuándo cerrar», la canción en la que colabora Iván Ferreiro, se aleja de la pista y se sale un poco del estándar de ELYELLA.
—Sí, aunque nosotros intuimos que va a funcionar muy bien en directo. Es verdad que es un medio tiempo, que no es lo habitual, pero también queríamos ofrecer ese registro. Y tiene ese punto de épica que también lo tenemos nosotros mucho.
—Decís que es un himno a la vida en el que la nostalgia se transforma en fuerza. ¿Sois muy nostálgicos?
—No excesivamente. Yo soy muy de presente, de cambiar lo que haga falta para vivirlo como lo tengas que vivir. Y Mønø es muy de futuro. Por eso hablamos de la nostalgia como un himno de liberación y de transformación para mirar hacia adelante más que para quedarte en el pasado.
—Aun así, vamos a hacer un ejercicio de nostalgia. ¿Qué recuerdo de la primera época en la que empezaste a salir tienes como «buah, aquello fue lo máximo»?
—Yo creo que aún estaba en el instituto y tocaba Portishead en Barcelona. Conseguí que me llevaran unos amigos y recuerdo que fue empezar a sonar la música y adiós, me metí en medio del público y aquello me atravesó de arriba abajo. Y otra banda que también me marcó mucho la adolescencia fueron Los Planetas. Los momentos más especiales de mi vida están asociados casi siempre a una canción.
—En «Cuándo cerrar» habláis de lo importante que es saber cuándo. ¿Habéis hablado alguna vez de ello?
—Pues mira, sí que empezamos a hablar de ello. Decíamos: «Bueno, igual estamos mayores. ¿Cuándo va a dejar de tener sentido estar?». Pero como nos movemos mucho desde la intuición, creo que notaremos cuando ya no tenga sentido.
—¿Dónde disfrutas más: componiendo, produciendo o pinchando?
—Yo soy muy del directo. Y Mønø más de componer y producir. Así que nos compensamos bien.
—¿Cómo os repartís las funciones en cabina?
—Empezamos con normas estrictas, pero hemos ido dejando que fluya de forma natural. Ahora mismo, la selección, que es muy importante, porque en nuestras sesiones el peso ya lo tienen nuestras canciones, la hacemos entre los dos. Y luego, en directo, él está más en cabina y yo me encargo de los visuales y trabajo un poco más la parte emocional y de conectar con el público. Salgo a la boca del escenario, bailo con la gente... Las bandas tienen un micro, nosotros no. Entonces, lo que queremos contar lo transmito con el cuerpo.
—En vuestros sets actuales, además de los temas propios, ¿a quién pincháis?
—Estamos muy electrónicos. Hay temas más tecno y más oscuros que conviven con los nuestros, que suelen ser más luminosos. Y, luego, podemos pinchar desde Chappell Roan a Sexy Zebras o Rigoberta.
—En un mundo tan dominado por la exposición pública, vosotros os ocultáis. ¿Dónde queda el ego en vuestro caso?
—Eso nos lo hemos trabajado mucho y si aparece, enseguida no salta una alerta, porque sabemos que puede generar bloqueos o llevarte a tomar decisiones solo por el ego y no en función de aquello por lo que deberías decidir. Mønø se siente supercómodo en el anonimato, no necesita ese reconocimiento y está superfeliz en bajarse del escenario y ser uno más y moverse sin que le reconozcan. En mi caso, aunque lleve el antifaz, hay veces que sí me reconocen. Pero bueno, intentamos que reconozcan más nuestro proyecto que a María o a Mønø.
—Mønø se sentirá cómodo con el anonimato, pero seguro que con la máscara no tanto.
—Bueno, ya se ha acostumbrado a la máscara. Se la hicieron con el molde de su cara para que encajase bien, pero sí, a veces sufre un poco. Es el precio que tiene que pagar por el anonimato.
—Vais a llenar dos veces la sala Riviera de Madrid, pero da la sensación de que la escena de clubes no está pasando por un buen momento.
—Nosotros ya nos movemos en un terreno un poco diferente al clubbing. Nuestra gira ya está siendo una gira propia, en horario de conciertos, en festivales... Pero sí, tanto la escena de clubbing como las salas pequeñas están pasando un momento complicado. Tanto festival y tantos grandes conciertos, que son además eventos muy caros, pero en los que todo el mundo quiere estar, por aquello del fomo, hace que se resientan tanto los clubes como el apoyo a bandas nuevas.
—Parafraseando uno de vuestros éxitos, ¿quién o qué nos puede parar?
—Muchas veces tú mismo eres tu mayor freno, así que hay que luchar contra eso. No siempre es fácil ser valiente y tomar decisiones con riesgos, pero la parálisis te lleva a lugares peores. A veces hay que saltar. Te puedes caer, pero hay que saltar.