Nuria, educadora infantil: «Si estás para ellos, ellos siempre responden»

VILALBA

OSCAR CELA

04 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuidar a un niño no tiene horario. Porque no mira reloj ese vínculo que creas con él. «El vínculo que estableces con un niño al que cuidas desde los 5 meses lo haces desde el principio. Es atender sus necesidades básicas, físicas y de relación. Hay un niño al que cuido desde los 5 meses y que va a hacer 6 años en diciembre. La madre, por trabajo, necesitaba que yo me quedara con el niño. Luego él empezó el cole y yo cubría horas sueltas», explica Nuria, de 27 años, que este verano cuida a dos pequeños para salvar las dificultades laborales del momento y ha heredado de su madre la vocación de ayudar a los niños a crecer. Educadora infantil, Nuria empezó a trabajar en centros de ocio y como monitora de campamentos de verano. El confinamiento por el covid a ella la cogió trabajando en una escuela infantil en Vilalba, pero la pasión por los peques la siente desde los 18, o antes: «Estudiando, siempre aprovechaba las vacaciones para cuidar niños. Siempre me gustó mucho y además ayudaba a algunos padres a conciliar, que no es fácil», cuenta Nuria, que tiene un ahijado de 4 años.

«Siempre quise ser profe»

¿Manda la vocación más que en otro trabajo? «Bueno, yo desde pequeña quería ser profe... Profe de niños pequeños», dice. Para ella, lo importante para que un niño se sienta a gusto es darle atención. «Los padres lo primero que buscan es una persona de confianza, afectuosa, alguien que juegue con ellos a la vez que les enseña cosas. Yo suelo cuidar, sobre todo, a niños chiquititos -dice- Si te gustan los niños, si ellos ven que estás para ellos, siempre responden», asegura Nuria.

Cuidar a un niño es, dice, crear lazos con toda la familia del pequeño: «Con la madre, el padre, los abuelos, la madrina... Con los padres, en mi caso es una relación flexible, de confianza mutua».

Nuria, ayuda de carne y hueso para la conciliación, dice que «se aprende jugando», y que cuidar y educar a un niño es muy gratificante: «Puedes no tener un día muy bueno, pero si un niño te da un beso o un abrazo te cambia el día. Das pero recibes más». El valor sensible de cuidar.