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Portugal venderá a 15 euros en la plaza la sardina para su Santo António

Begoña Íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

Begoña Íñiguez

La flota gallega zarpaba ayer, con el viento en contra, en busca del preciado pelágico

12 jun 2019 . Actualizado a las 20:55 h.

Lisboa celebra hoy por todo lo alto su noche más especial del año, la de Santo António, en memoria de San Antonio de Padua, el patrón de la ciudad, que nació aquí. Un año más lo hace con sus calles llenas de gente y con una protagonista indiscutible en el menú de lisboetas y visitantes: la sardina. Su precio se ha disparado. En los ocho mercados municipales de la ciudad -Campo de Ourique, Benfica, Ribeira, Alvalade, Ajuda, 31 de Janeiro, Arroios y Forno do Tijolo-, la especie superó ayer los 12 euros el kilo; 13, en algunos puestos de Alvalade y A Ribeira. Y se espera que hoy, el día en que más sardina se vende de todo el año, «el kilo va a llegar a los 15 euros» si es fresca, explica Fátima, pescadera en la plaza de Arroios.

La cotización habitual de la especie en Portugal entre julio y octubre, pasadas ya estas fechas, oscila entre los 6 y los 7 euros. «Así se está manteniendo durante los últimos años; es acabar el Santo António y bajar el precio», cuenta la placera. Los primeros a los que sirven son «a los clientes habituales: restaurantes, tabernas y grupos que solo quieren sardina portuguesa de calidad», añade Fátima, que ayer dispensaba producto adquirido en la lonja de Peniche. El de hoy «vendrá también de Sines y Setúbal». Porque Fátima presume de que siempre vende «sardina portuguesa, no como otros», sentencia.

Más pequeña

Hay diferencia en el precio y la hay también en el tamaño. «La sardina está menos llena y es bastante más pequeña que la del año pasado por estas fechas», sostiene Inês, pescadera de un céntrico supermercado de Lisboa. En dicha cadena, la sardina estaba ayer de promoción a 7,99 euros el kilo. «Mañana [por hoy] subiremos el precio, pero antes de comer ya la habremos vendido toda -dice la dependienta-, aunque la tengamos más barata que en la plaza», confiesa. Cuestionada sobre la procedencia de la sardina, si es portuguesa o española, se limita a decir que «creo que es portuguesa, aunque sinceramente no lo sé», culmina.

Humberto Jorge, el presidente de la asociación de pescadores de sardina de cerco de Portugal, confirma la percepción de que «la sardina es un poco más pequeña, pero no mucho más», y estos días su precio en las lonjas de Peniche, Cascáis, Setúbal y Sines, oscila entre los 5 y los 6 euros, un poco más caro que en subastas anteriores.

En los arraiais que se celebrarán esta noche hasta el amanecer, la protagonista va a ser de nuevo la sardina congelada. «No solo es una cuestión de precio, sino también de seguridad alimentaria, pues no se estropea tan fácilmente», explica São Rodrigues, que regenta un conocido puesto en uno de los arraias más típicos de Alfama. «Llevamos años haciéndolo así y nunca nadie se ha quejado, descongelamos la sardina en agua fresca dentro de un cubo, donde se conserva bien y la vamos asando en la parrilla a medida que la vamos necesitando», dice. Este año, un pescado asado, acompañado de un trozo de pan, cuesta entre 1,5 euros y dos, en los más turísticos. Es lo que costó ayer en la lonja de A Coruña el kilo de la especie, mucha de la cual se envió a Portugal. Y los cerqueros contaban con mandar hoy mucha más y a mejor precio. En su busca zarparon ayer, con la previsión de viento en contra, cerca de medio centenar de embarcaciones gallegas.