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Cuarentenas diferentes para contagiados de covid en barcos, unos a bordo y otros en casa

s. s. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Tripulantes del Adviento Uno, este lunes, pasando el tiempo como mejor pueden en la cubierta del barco
Tripulantes del Adviento Uno, este lunes, pasando el tiempo como mejor pueden en la cubierta del barco XAIME RAMLLAL

Deciden los armadores y los tripulantes, asegura el Sergas

24 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Barcos casi iguales, del mismo caladero, de puertos cercanos y con todos o casi todos sus tripulantes diagnosticados de covid-19 afrontan de modo diferente las cuarentenas. En unos la pasan a bordo y en otros, en sus casas u otros alojamientos. Llama la atención y suscita críticas de algún sindicato y de la familia marinera porque los contagiados aislados en un buque comparten reducidos camarotes, comedores y baños en espacios sin desinfectar. Según el Sergas, el protocolo es el mismo que para cualquier empresa, pero en los pesqueros deciden el armador y/o los trabajadores, asumiendo los gastos.

Contrasta con Portugal, donde el Estado, aplicando un «protocolo obligatorio financiado por la UE», confina a los infectados en un piso, les suministra víveres, les envía un médico dos veces al día y le cede casa a quienes dieron negativo, relata el capitán de pesca José Pino citando la experiencia de un armador y patrón de A Guarda.

El Adviento Uno, a bordo

Después de dos semanas faenando en Gran Sol, la tripulación del pincheiro Adviento Uno cumple hoy nueve días de cuarentena en Burela. Los diecisiete dieron positivo en las pruebas PCR, uno ha sido hospitalizado y los otros dieciséis siguen a bordo del barco, atracados en un muelle vallado.

Según Ramón Ares, gerente del área sanitaria de Lugo: «A decisión de quedar no barco foi conxunta, do armador cos propios mariñeiros». Lo confirman organizaciones que hablan en nombre del empresario. Alegan que «é un caso excepcional porque todos deron positivo» e insisten en que este lunes «consultou outra vez os tripulantes e repetiron que prefiren seguir a bordo, por protexer ás familias». Viven en el barco, «atracados nunha zona á que non pode acceder ninguén, pero teñen a posibilidade de baixar ao muelle a pasear». Aun así, cuando sepan los resultados de las pruebas que les harán este miércoles, verán «si se opta por solucións diferentes».

El Siempre Antares, en casa

Que voces marineras culpen al Sergas de que la tripulación del Adviento Uno se aísle a bordo lo desmiente lo sucedido con otro palangrero de fondo de Gran Sol, el Siempre Antares, de Celeiro. Catorce de sus quince tripulante dieron positivo por coronavirus, que se cobró la vida de un marinero, evacuado en helicóptero desde alta mar al hospital de A Coruña, donde falleció. Ya en puerto, al día siguiente de confirmarse los contagios, los otros catorce abandonaron el barco, alojándose en casa o en inmuebles alquilados para aliviarles la cuarentena. Así también vaciaron el barco y se pudo desinfectar.

Ramón Ares recalca que «decide o armador ou a situación familiar dos mariñeiros, se teñen sitio ou non, pero non hai ningunha indicación para que sexa no barco, pode ser nun piso ou na súa casa». Eso sí, matiza, «o aillamento que ser total, se non teñen condicións porque non teñen vivenda habitual ou a comparten con máis xente e o aillamento non pode ser veraz, o armador ten que buscar alternativas, non Sanidade».

Al Sergas compete en Galicia controlar los contagios en los barcos de bandera español. A los de otros países que operan en muelles de la comunidad, aunque los tripulen gallegos, los supervisa Sanidad Exterior. Ramón Ares comenta que el seguimiento en Galicia lo hace «médicos de atención primaria, no domicilio, no barco ou onde fagan o aillamento». Si la salud de alguno lo requiere, se les presta «atención maior»