Iván Ares: «Al volante no soy consciente de nada»

MOTOR GALLEGO

Abraldes

Desgrana el alma de un deporte en el que el equilibrio entre talento y dinero es vital

14 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los mantras catalizadores de su agenda es «no me da la vida para más». Pero lo cierto es que sí le da. Vaya, si le da. De hecho, se realiza robando tiempo al tiempo. El líder del Campeonato de España de ralis de asfalto es, cómo no, gallego. Con todo, Iván Ares (Cambre, 1985) sabe pisar el freno para someterse a una sesión de introspección.

-Ya está en lo más alto del Nacional. Y sospecho que no era el objetivo final.

-De ninguna manera. El objetivo es ganar el Campeonato y la primera victoria de Hyundai en el Nacional de ralis de asfalto en España, algo muy especial...

-Las marcas, omnipresentes.

-Es que este deporte es muy complicado de sacar adelante y la financiación es clave. Digamos que el objetivo es doble: ir de líder permite hacer más ruido y eso atrae más dinero. Yo hago de piloto, mánager, busco financiación, piezas... como todos, porque esto es un grupo de amigos.

-¿Amigos que trabajan gratis?

-Pues sí. Hasta se pagan su gasolina y el hotel, a veces. Están hartos de mí, pero lo pasamos bien. Éramos compañeros de colegio y llegamos juntos hasta aquí. Es una oportunidad para todos. La meta principal es que esto pueda generar recursos suficientes para el equipo entero.

-Pero el piloto es el que conduce.

-Es igual. Si me ofrecen irme no me voy, salvo que fuese algo muy exagerado y ellos me arropasen en la decisión.

-Mucho hablamos de dinero, pero ¿y el talento?

-Un equilibrio complicado. Hay que tener la máquina adecuada, sin duda. Al final, no sé si es mejor no tener ni idea, pero tener dinero, porque a base de dinero aprendes. O mucho talento y atreverse a robar un banco.

-Muchos pilotos se arruinaron.

-Incluso arrastraron a sus empresas personales. Vivimos en el filo de la navaja. Pedro Burgo siempre me aconseja ir con cuidado. Creo que lo tengo controlado, pero mañana pasa algo... y yo qué sé.

-¿Y usted qué consejos da, por ejemplo a su primo Jorge Roel?

-O estudias, o no corres. Aprueba todo y yo me pregunto si es porque el motor le motiva. Yo dejé los estudios y me arrepiento siempre, toda la vida. Empezando porque para relaciones y negocios en los ralis hay que saber inglés. Pero de chaval no lo pensé.

-¿Por qué automovilismo?

-Porque era el deporte que estaba en mi casa. La vida de mi padre era trabajar entre semana y, los fines de semana, a las carreras. Pero sobre todo por a dónde ha permitido llegar a este grupo de colegas. Eso me gusta más que todo lo demás.

-¿Más que la velocidad?

-Claro que durante el tramo vives experiencias y subidones de adrenalina, como cuando das una curva a ciegas a todo gas, pero luego no te quedas con las curvas, sino con el grupo. La gente te echa una mano a cambio de nada, como el padre de un patrocinador, que nos regaló un camión. Y vale la pena meterse en estos fregados.

-¿Los accidentes duelen más en el cuerpo o en el bolsillo?

-Según te accidentas ya piensas lo que cuesta arreglarlo, los puntos que dejas, los ralis que te perderás... todo un análisis.

-Usted ha evitado alguno sonado, como cuando esquivó una vaca a 160 kilómetros por hora.

-Pues mira, al llegar a meta, no me acordaba para nada del tema de la vaca. Es que al volante no pienso en nada, de verdad, no soy consciente de nada. He tenido dolor de cabeza antes y después de la carrera y no durante. Me concentro demasiado y solo escucho a mi copiloto, José Antonio Pintor. Tiene mucha paciencia conmigo y le estoy muy agradecido, porque van a ser padres Vero y él y nunca puso en duda su participación en ninguna carrera. Somos amigos fuera del coche.

-¿Cómo lleva su preparación física? Alguien dirá que el que corre es el coche y no usted.

-Claro que no es tan intensa como la de un atleta, pero el peso es muy importante a estos niveles. Tengo un preparador y la verdad es que me canso menos. Intento llevar la dieta, pero... intento hacer ejercicio. La bici me gusta. Salgo con los de Quintena por el monte, tengo el Xalo al lado de casa.

-¿Y desciende como pilota?

-Me gustaría, pero no tengo los conocimientos como para tirarme a lo loco. La primera vez que salí con ellos me preguntaron si había tenido miedo, si yo piloto coches a toda velocidad. Pues sí, claro que tuve miedo. Pero en cuanto pueda, pienso aprender.

-Ayer compitió en el Nacional de autocrós en Morás, modalidad de la que fue campeón también.

-Es que nací en ella. Iba de recién nacido. Me gusta, me motiva. Lo hago para mí, para seguir en forma y entrenar, porque para ganar hay que estar al 100 %.

-¿Se ve fuera del coche?

-Tengo una edad y los pilotos son cada vez más jóvenes, pero no se pueden pagar un coche de 250.000 euros. Tendré un plan B, pero siempre estaré vinculado.

-¿Cómo ve el Nacional de ralis?

-Cristian es sorprendente, va muy rápido. Con Pernía, Burgo, Vallejo... no habíamos previsto nada. Es un año complicado pero está yendo mejor imposible. Prefiero la presión de ir líder a la de no poder fallar.