Enemigos íntimos

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

17 may 2017 . Actualizado a las 08:16 h.

El único que supo estar fue Patxi. Susana y Pedro se detestan todavía más de lo que parece. El PSOE no está dividido, está roto, y mucho me temo que el pegamento que lo recomponga todavía no ha empezado el bachillerato. Lamentable espectáculo el del debate a tres. La militancia y el partido les importa lo que a mí la física cuántica. Solo ansían ser secretarios generales para, desde ese puesto, postularse a inquilinos de la Moncloa. Sánchez no quiere echar a Rajoy por principios y coherencia política, sino porque ocupa el cargo por él deseado. A nadie engaña, y creo que ya ni eso pretende. Está echado al monte donde todo vale, incluso en un fraternal debate entre correligionarios que a mi entender resultó más duro que los que llevaron a cabo los cuatro candidatos en las dos últimas elecciones generales. Es lo malo que tienen las guerras civiles. Hermanos que luchan contra hermanos, y la experiencia nos dice que siempre son las más cruentas. Difícil lo tienen los militantes el domingo. Si quien esto escribe tuviese que elegir, optaría por Susana o por Patxi, pero jamás por Pedro. La vida me ha enseñado que quien defrauda una vez, suele repetir, y España no está para afrontar nuevas situaciones de inestabilidad que ya anunció Sánchez para el caso de alcanzar la victoria. El PSOE, el partido por excelencia en España en cuanto a la historia se refiere, se merece otra cosa. Pero como esto es lo que hay, que quien vote en las primarias lo haga con suma prudencia. El pragmatismo político dice que Sánchez debe ser el primer descarte.