Segunda oportunidad

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

18 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque parezcan polos opuestos, un hilo invisible une a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez. El primer mandato en el partido del presidente popular fue un campo de minas aznarista que le obligó a ir sorteando trampas y controles heredados. Lo mismo le sucedió a Sánchez con el susanismo hasta el big bang del comité federal de octubre. El de Rajoy fue su segundo fracaso electoral ante Zapatero en el 2008. «Sé lo que tengo que hacer», dijo. Y lo hizo. En el congreso de Valencia se cargó a todos los que intentaron defenestrarlo y se rodeó solo de fieles. Exactamente lo mismo acaba de hacer Sánchez. Ha barrido de un plumazo cualquier vestigio de susanismo y ha diseñado una dirección a su medida, sin componendas ni concesiones. Victoria absoluta.

Sánchez, como Rajoy en su día, se encuentra ante su segunda oportunidad. Y no hay renacer sin catarsis. De momento, la purificación es solo parcial. Ha eliminado adherencias críticas, pero no ha purgado los errores. Porque reincide en algunos. Como el de camuflarse de morado. El PSOE necesita redefinir su discurso de izquierda para ganar a Podemos, pero para ganar las elecciones debe ampliar su espacio político. Algo que difícilmente podrá hacer con planteamientos de corto alcance destinados más a dar respuestas oportunistas que a asentar una alternativa de largo recorrido. La definición de España como Estado plurinacional es una concesión en forma de caramelo a los soberanistas que estos desprecian. Nada resuelve, nada aporta políticamente y solo añade más confusión terminológica al nombrar de otra manera lo que ya dice la Constitución cuando habla de nacionalidades.

Sea como sea, define el inicio de una nueva etapa, la del PSOE de Sánchez. Porque hay muchos socialistas que de momento lo único que han hecho es apartarse y velar armas a la espera de ver si el sanchismo triunfa o fracasa para tomarse la revancha.