Avalancha de refugiados

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

06 jul 2017 . Actualizado a las 08:27 h.

Esta semana, el Gobierno italiano nos ha recordado que, cuando apenas hemos cruzado el ecuador del 2017, su país ya ha recogido a 78.000 de los 85.000 inmigrantes que han llegado a Europa. La mayoría de ellos provienen de diversos países del África subsahariana, aunque también les acompañan refugiados sirios y de otras zonas de Oriente Medio. Con las fronteras del este de Europa cerradas a cal y canto y el mayor control que está prestando Turquía, los inmigrantes y refugiados confluyen en Libia, un país cuya guerra civil permite que las mafias que trafican con personas se enriquezcan a costa de los más desesperados. Y el país europeo más próximo a Libia es Italia.

El deber humanitario ha hecho que todos los países europeos bañados por el Mediterráneo hayan destinado buques para recoger a estas miles de personas que afrontan la travesía en embarcaciones precarias. Buques que acercan a los puertos italianos a la mayoría de ellos. No es que el problema haya vuelto a resurgir, sino que nunca ha dejado de estar ahí.

Cada país afronta la llegada de los inmigrantes con prevención y, cada vez, con más rechazo. Y las diferentes posturas han impedido que la UE desarrolle una política común. Quizás va siendo hora de mirar más allá del Mediterráneo y pensar en ayudar a solucionar el problema en origen para que nadie tenga que abandonar su hogar.