Controlando lo cuántico

Jorge Mira Pérez
JOrge mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A principios del siglo XX, surgió una sorpresa cuando se consiguieron realizar experimentos a escalas de tamaño cada vez más reducidas: al examinar los componentes más minúsculos de nuestro universo, nuestro modo de entender el mundo fracasaba al llegar a la escala atómica y se hacían patentes nuevas reglas en ese dominio de la existencia, unas reglas chocantes que son la base de la llamada física cuántica.

La mecánica que explica el comportamiento de esa realidad se asienta en algo frustrante: la mera observación de un sistema cuántico altera su comportamiento o destruye sus propiedades. En la década de 1980, el francés Serge Haroche se marcó como objetivo algo que parecía imposible: observar directamente partículas cuánticas individuales sin destruirlas. Lo consiguió diseñando ingeniosos experimentos con láseres para estudiar fenómenos cuánticos cuando la luz interacciona con la materia. Logró capturar partículas de luz (fotones) usando una trampa formada por dos espejos, entre los cuales rebotan los fotones. De ese modo, Haroche los estudió haciendo pasar átomos a través de esa trampa. A través de su trabajo en la llamada óptica cuántica no solo pudo observar estados cuánticos de un modo considerado hasta entonces inexpugnable, sino también controlarlos. Esto supone uno de los primeros pasos para la construcción de computadores extraordinariamente rápidos basados en física cuántica. Por esto se le concedió en el 2012 el Premio Nobel de Física. Dentro de una semana pasará varios días en Galicia.