Tertulias

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

06 ago 2017 . Actualizado a las 10:10 h.

En el café Levante de Madrid -allá por el año 1904- existía una tertulia dirigida por Don Ramón María del Valle Inclán a la que asistía lo más notable de la intelectualidad capitalina. En sus mesas recalaban para platicar sobre lo humano y lo divino gentes de la talla de Ignacio Zuloaga, Santiago Rusiñol, Rafael Penagos y gran parte de la llamada generación del 98.

Cualquiera sabe cómo eran esas fértiles reuniones informales con solo haber visto o leído La Colmena de Camilo José Cela. Ese tipo de tertulia, abierta, sin membrecía remunerada, sin temas prefijados, espontáneas, salpicadas de café, solisombras y mirones, son un género extinguido que ha mudado en una versión mediática que inunda las pantallas de todos los colores políticos para consumo de afines entregados. Nada que ver.

En las tertulias de antaño no había otro interés que el interés de sus participantes por comunicarse y debatir la realidad desde los más diversos conocimientos y puntos de vista.

Sería fantástico poder asistir a una de aquellas reuniones del café Levante y escuchar a gentes de esa talla debatir sobre la realidad actual. Poder presenciar escenas del calibre de la que protagonizó una noche de mayo de 1904 don Pío Baroja.

Aquella noche, los contertulios hablaban de los españoles y de las distintas formas de ser español, temática a la que dedicó un libro que lleva ese mismo nombre el siempre atento Julio Camba. Don Pío permanecía callado y circunspecto, con una inseparable chapela calada hasta la mitad de la frente y su mirada quirúrgica. El médico y novelista vasco hablaba poco, pero ese día sorprendió a todos tomando la palabra y dijo: «La verdad es que en España hay siete clases de españoles... sí, como los siete pecados capitales».

A saber: los que no saben, los que no quieren saber, los que odian el saber, los que sufren por no saber, los que aparentan que saben, los que triunfan sin saber y los que viven gracias a lo que los demás no saben; estos últimos se llaman a sí mismos políticos y a veces hasta intelectuales. !Genial el vasco! como casi siempre.

La verdad es que si uno lanza una mirada parabólica a la actualidad no solo española sino mundial, cabría una categoría más que las descritas por Baroja: la de los que no saben y además viven de que los demás tampoco saben.

Son tipos como Donald Trump, Nicolás Maduro, Kim Jong-Un... y tantos otros más domésticos a los que no quiero molestar con comentarios eruditos porque esto no es una tertulia del siglo pasado. Por desgracia para todos.