Antes de darle al click, pensar

María Cedrón ¡CORRE FORREST, CORRE!

OPINIÓN

10 ago 2017 . Actualizado a las 08:22 h.

No es culpa del márketing. Tampoco de las nuevas tecnologías. ¿Quién es entonces el responsable de que una chica que se jacta de no haber terminado la ESO haya acabado convertida en una influencer? La respuesta la da Instagram, el medio que ha elevado a personajes como ella al Olimpo de los más buscados por las empresas de márketing digital. Porque esa misma joven que no se arrepiente de haber estado un año al sol, por voluntad propia, ha logrado que 1,9 millones de personas le den a «seguir». Son ellos los que han creado el monstruo. No los culpo. En una época en la que todo corre a ritmo de guepardo, quién puede pensar que un gesto inocente acabe resultando todo un arma de manipulación social. Las marcas lo saben. Aprovechan el canal y no dudan en sacar la chequera a cambio de que esos personajes hablen sobre sus productos. De esa forma, engordan la cuenta corriente de esos transformers del basto mundo digital y los mismos que han creado al monstruo confunden la fama o el dinero con tener estilo o glamur. Pero en realidad lo único que hacen es caer en un juego ordinario. Un profesor de la Facultad de Periodismo comenzaba hace años sus clases con un «antes de escribir, pensar». Les recomiendo que hagan lo mismo antes de darle al click. O al menos que la influencer sea una Inés de la Fressange.