La homilía

OPINIÓN

24 ago 2017 . Actualizado a las 08:20 h.

Todavía hay curas que piensan que su parroquia es su cortijo particular, en donde pueden atar y desatar a su antojo, en donde ellos lo saben todo y lo pueden todo, más listos que ninguno.

La homilía no es para decir en voz alta lo primero que se le viene a la cabeza al cura de turno. La homilía es un arte, y, como tal, hay que entrenarse y prepararse continuamente para ejercerlo con dignidad. La homilía es, además, un deber del sacerdote y un derecho de los fieles. Su preparación debería ser comunitaria; allí donde se está haciendo así, su riqueza ha subido muchos enteros.

De larga tradición, el concilio Vaticano II le devolvió el sentido original que nunca debiera haber perdido: es un comentario exegético de la palabra de Dios proclamada. Por eso, su contenido debe ser siempre religioso, espiritual; y su tono debe ser siempre de esperanza, de comunión, de perdón... porque su objetivo es anunciar la Buena Nueva de Jesús de Nazaret, así, con mayúsculas.

Que un cura aproveche el momento de la homilía para lanzar una soflama política es absolutamente inaceptable. Y quien lo haga debe ser sancionado por sus superiores. Estoy avergonzado y escandalizado por la homilía de Santiago Martín, párroco madrileño. La pueden ver en Internet. En su fuero interno, un sacerdote puede ser facha, comunista o nacionalista, y como tal votar. Pero no puede hacer política; menos aún aprovechar el púlpito para hacerla, para sembrar discordia en la vida social.

Ante cualquier atentado como los ocurridos hace unos días en Barcelona y en Cambrils, los cristianos debemos tener muy presentes las palabras de Jesús: «Amad a vuestros enemigos, rogad por vuestros perseguidores; así seréis hijos del Padre que está en el cielo, que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si amáis solo a quienes os aman, ¿qué recompensa merecéis? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sed perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo».