Seguro que en esta fantasía que nos entra a todos por revivir un tiempo a lo Marty McFly nos hubiera gustado colarnos en El Ministerio del Tiempo. Sobre todo desde este presente que siempre parece incierto, pero que visto desde una perspectiva anterior nos hubiera sonado a ciencia ficción (y no me estoy adentrando en terreno político, que también). Está claro que la nostalgia es un arma de atracción masiva en televisión porque no hay vuelta atrás que se nos resista como espectadores, por eso el próximo estreno de Antena 3 parece tener el éxito asegurado. A medio camino entre el reality y el show espontáneo de Arturo Valls (que retrocederá también al pasado), han conseguido cumplir el deseo de todos aquellos que un día se imaginaron viviendo en el tiempo de sus padres o de sus abuelos. Y le han propuesto a distintas familias ajustarse a la vida de la década de los sesenta, los setenta, los ochenta o los noventa, con todas las incomodidades del momento y el shock de enfrentar una realidad que hoy nos parece imposible. ¿Cómo que no hay nevera? ¿Qué es esto del módem en el ordenador? ¿Dónde está el aire acondicionado del coche?... Por no hablar de las pintas que llevábamos. La fórmula parece lo suficientemente atractiva como para no engancharse al menos la primera vez a tanto espectáculo. Yo creo que volvería a los setenta... ¿y usted?