Pione Sisto es un futbolista en crecimiento. Es un jugador joven que necesita minutos y a medida que va disponiendo de oportunidades su fútbol se comprueba que mejora. Es la evolución natural. Está experimentando una progresión importante gracias a la continuidad y se percibe que su aportación en el equipo crece en todas las facetas.
El Sisto que se está viendo este curso es un jugador que ha aprendido a sacrificarse. A menudo los futbolistas de banda, sobre todo los más jóvenes, no tienen interiorizada esa necesidad de entregarse al equipo y colaborar en facetas como puede ser la defensiva. Sin embargo, por ejemplo en Las Palmas, tras la expulsión de Rubén, cuando el equipo pasó a jugar con un 4-4-1, apareció más en defensa. A nivel de ataque también se constata que se ha adaptado a la estructura del equipo.
Desde que firmó por el Celta y disputó sus primeros encuentros, Pione Sisto transmitió la sensación de tener un gran potencial, justo lo que ocurre ahora con Emre Mor. Se veía que podía crecer en Balaídos pero los futbolistas necesitan minutos, que es lo que está disfrutando ahora el danés. La confianza y la responsabilidad se asumen en la medida en que juegas, e incluso su mejoría desde que arrancó este curso hasta ahora ya ha sido notable. Una de los puntos fuertes del danés es su buen golpeo en estrategia y se ha comprobado cómo a día de hoy es, tras Daniel Wass, el referente del equipo en esa faceta.
El extremo izquierdo del Celta ha crecido pero todavía debe seguir haciéndolo. Tiene que mejorar sobre todo a la hora de encarar portería y en el uno contra uno. Recurre en exceso a volver hacia atrás y es reacio a centrar con la zurda, con la que tiene menos confianza. Entra dentro de lo normal, pero a base de trabajarlo puede mejorar también ese aspecto.