Orgullo e ira

Ernesto Sánchez Pombo
ernesto sánchez pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

21 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Tenemos a nuestros dos dialogantes estrategas tan atareados por ver qué hacen mañana, si el otro osa moverse, que no están pensando en la semana que viene, que es lo que nos preocupa a los demás. ¿Qué va a ocurrir si Cataluña se convierte en una república independiente que es la envidia del mundo mundial? ¿Cómo la van a gestionar? ¿Y si declaran la independencia y no la ejecutan? O, ¿hasta dónde va a llegar la aplicación del ambiguo 155,? ¿Qué se hace una vez que finalice su manejo? ¿Se convocan elecciones autonómicas? ¿Y si gana el frente independentista? La situación se antoja mucho más complicada de lo que nos quieren hacer ver unos y otros. Declarar la independencia es muy fácil. Lo hicimos todos antes de cumplir los 18 años en nuestras casas y varias veces a la semana. Ni caso nos hicieron. Y anunciar la aplicación del 155, también, si no fuera porque hasta los mismos anunciadores desconocen su alcance, ni a dónde puede llevarnos. Hasta aquí hemos llegado, en gran medida, por las políticas medioplacistas, las mentiras, las soberbias y la ceguera generalizada. Y así seguimos, instalados en el ya se verá y fiándolo todo a la cesión del contrario. Así llevamos años con Rajoy y Puigdemont hablándose a través de las páginas de los periódicos y enviándose amenazas por sus mensajeros, ante el desconcierto de una sociedad que no lograr entender hasta dónde llegamos y que es lo que puede pasar. Así que unos y otros deberían de explicar, si es que saben y pueden, con cierto detalle sus planes. Porque hay que imaginarse que alguno tendrán más allá de tirarse los trastos. En el interesantísimo ensayo Las personas de la historia, sobre la persuasión y el arte del liderazgo, Margaret MacMillan trata de cómo el orgullo y la ira provocó decisiones trascendentales en el pasado. Eso mismo, el orgullo y la ira.