El adiós a Los Simpson en Antena 3 ha sido uno de los efectos colaterales más notorios de la sacudida informativa de octubre. La familia amarilla ha tenido que hacer las maletas y mudarse a Neox arrastrada por la larga duración de un Espejo público al cabo de la actualidad catalana. En su lugar, el espectador de sobremesa, que estira el tiempo mientras espera a que empiecen las noticias de las 3, se ha encontrado, sin darse cuenta, acompañando las comidas con los enigmas de La ruleta de la suerte. Con el cambio, la audiencia de Antena 3 está creciendo en esa hora previa al informativo, lo que podría acabar por perpetuar un ajuste que en principio parecía temporal.
El concurso que presenta Jorge Fernández estaba hasta ahora vetado para esa gran parte del público que está fuera de casa por las mañanas. Eso hace que, a ojos de muchos, parezca una novedad de la programación, a pesar de que acumula casi tres décadas de historia si se suman sus distintas etapas con distintos nombres y en diferentes cadenas. Este programa redescubierto sigue manteniendo sus esencias y códigos de los noventa como esa escultural azafata que pasea a uno y otro lado del panel con la misión de girar manualmente unas letras que, como en los tiempos de Mayra Gómez Kemp, no han sucumbido a la revolución digital.