Lo que el «procés» trajo: el «retrocés»

César Casal González
César Casal AL ROJO VIVO

OPINIÓN

ERIC VIDAL

14 nov 2017 . Actualizado a las 07:02 h.

El procés se llevó muchas cosas: empresas (dinero, fue determinante), relaciones familiares y de amistad (fractura social) y un delirio edificado sobre una quimera con cimientos de charlatanería, que estaba fuera de la ley. Pero dejemos de hacer cuentas negativas y pensemos en qué nos trajo el procés. Nos trajo un Rey, cuyas palabras al principio asustaron y hasta fueron señaladas de parte, pero al que ese discurso ha encumbrado como garante de la legalidad, la que tenemos (Constitución del 78), mientras no votemos (todos) otra. Felipe VI estuvo Magno, como la Carta. Nos trajo una resurrección a tiempo del bloque constitucionalista, PP y PSOE, con esa tercera pata anaranjada y todavía extraña que no deja de crecer que es Ciudadanos. Se aplicó el 155, porque es lo que existe. No se puede aplicar lo que no existe en la ley en una sociedad que queremos democrática. Recuerden: uno no puede subirse a un coche de la guardia civil para protestar. Nos trajo un retrato cabal de extremismo y populismo. Podemos es una reyerta. Pablo Iglesias, con un PSOE en su sitio, no tiene espacio. Y como Saturno que se cree: se come a sus criaturas. De ahí que Ada Colau haya echado del Ayuntamiento de Barcelona al PSC. Pura y burda estrategia para camelar votos. El procés nos ha traído más España. Pero, sobre todo, esta crisis política nos ha legado más Europa, cuando tanta falta hacía. Europa por fin ha servido de algo. Sería por necesidad (no más crisis en otras zonas de ese corte), pero de algo ha servido la bandera azul con las estrellas amarillas. Y del procés vamos al retrocés, que es donde ya estamos. Todo pendiente de unas urnas, que hablarán el 21 de diciembre, y de una justicia que tiene que estar a la altura de lo que se le supone, sin componendas, con todo lo que queda por juzgar. No es de recibo la frase del magistrado del Supremo: «Tranquilos, que esto no es la Audiencia Nacional». Qué pensará la jueza Lamela de esa frase. La pifiamos, y bien, con el procés. No lo hagamos en el retrocés.