Ciencias ocultas

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

18 sep 2018 . Actualizado a las 08:08 h.

Aunque han transcurrido más de tres décadas desde la defensa, conservo un ejemplar de mi tesis doctoral en casa y otro en mi despacho, además del depositado en la Facultad. Tengo también copia de todas las tesis doctorales que he dirigido, de las tesinas, trabajos de fin de grado y de todas las tesis en cuyos tribunales he participado. No me considero por ello un tipo raro, creo que la mayoría de mis colegas conservan también copias de sus trabajos, en papel o digitales, no porque esperemos una inspección de no se sabe quién, sino para facilitar su consulta por otros investigadores.

Por supuesto, si alguien quiere consultar un documento y me niego, limitándome a enseñarle la portada, pensará que he perdido el juicio. Pues bien. Los recientes casos de los másteres falsos, de las polémicas tesis... nos muestran la curiosa concepción de la ciencia de nuestros políticos. Es verdad que el asunto de la tesis del presidente nada tiene que ver con los otros casos, pero en su conjunto muestran la más absoluta ignorancia de lo que significa la investigación, del valor del intercambio científico, y los sitúan en el campo de lo paranormal. Todos afirman que no se trata de titulitis sino de que pretendían mejorar su formación para el desempeño de sus cargos. Sin embargo, ninguno asiste a clase, plagian sus trabajos y los ocultan, limitándose a incorporar los títulos a sus currículos. En el mismo sentido, los elementos podridos dentro de la universidad le facilitan el fraude a la espera de alguna futura prebenda o recompensa; resulta desolador. Sin embargo, la cuestión central en todo este asunto no es que los políticos mientan o carezcan de ética, estamos acostumbrados. Lo importante es el deterioro de la imagen de la universidad pública ante la sociedad que la paga, la inacción de los rectores, que deben andar de tapas, y la falsedad de la autonomía universitaria que, hasta donde yo sé, no es para delinquir. Créanme, los progresos en el conocimiento generados por la investigación en las universidades públicas quedan ensombrecidos por sucesos como estos.

Por supuesto que la universidad tiene problemas, entre ellos una mala financiación que ha hecho que proliferen todo tipo de estudios cuyo único objetivo es recaudar dinero; en alguno de ellos, como hemos visto, no hace falta asistir a clase, puedes plagiar el trabajo y ni siquiera tienes que defenderlo públicamente. Ahora explíquenselo a los estudiantes y a sus familias que se parten la espalda para pagar la matrícula; yo no sé cómo hacerlo. Termino. No sé si ya existe, pero mi propuesta es la creación de un máster en Ciencias Ocultas. Por supuesto, sería no presencial, no tendría sede y se impartiría mediante psicofonías; al final los alumnos presentarían un criptotrabajo. ¡Cielos! Ahora que lo pienso eso ya existe en la Universidad Rey Juan Carlos. ¡País!