Ya son mil las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde enero del 2003, fecha en que se empezaron a elaborar estadísticas oficiales. Está visto que las campañas contra la violencia machista puestas en marcha por el Gobierno desde el 2006 no son suficientes. Hay que concienciar a la ciudadanía. Educar a los jóvenes para erradicar esos rescoldos de machismo que aún transitan por las venas de determinados chicos que han mamado en sus casas que las mujeres siempre tienen que ir unos pasos por detrás del hombre plegándose a los deseos del macho cazador. Pero esas campañas no son suficientes si las propias mujeres sometidas al maltrato no colaboran denunciando a su particular monstruo. Hay que denunciar a la primera. Quien maltrata una vez, volverá a hacerlo. No vale que pida perdón y prometa que jamás se repetirá.
El teléfono de alerta 016 puede salvar muchas vidas. De hecho lo hace, pero no las suficientes. Se quedan en el camino aquellas que no asumen que contra la violencia machista solo sirve la tolerancia cero.