Cada uno, con su actitud diaria, representa la mejor vacuna

manuel crespo casal LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

OPINIÓN

EDUARDO MUNOZ

15 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Vivimos una situación de emergencia sanitaria excepcional y todos debemos ser conscientes de la enorme responsabilidad individual que tenemos en la contención de la propagación de epidemia por el nuevo coronavirus COVID-19. Durante las próximas semanas, debemos limitar las actividades sociales y disminuir al máximo los contactos interpersonales. Esto implica no asistir a actos populares, no usar el transporte público, evitar compartir espacios cerrados y la asistencia a zonas de ocio o espectáculos. 

Estas medidas de contención tienen especial relevancia para las personas con mayor riesgo de complicaciones (mayores de 65 años o con enfermedades crónicas). Además, las que desarrollen síntomas respiratorios, como tos o dificultad para respirar, tengan o no fiebre, deben mantener medidas de aislamiento en su domicilio (usar pañuelos desechables, lavar frecuentemente las manos, usar una mascarilla quirúrgica en los espacios compartidos) mientras presenten síntomas. Si precisan ponerse en contacto con el sistema sanitario deben hacerlo mediante consulta telefónica con el centro de atención primaria. Asimismo, es imprescindible que los ciudadanos que viajen a Galicia procedentes de otras áreas dónde existe transmisión comunitaria de la infección, tengan o no síntomas, permanezcan en cuarentena durante un mínimo de 14 días en su domicilio.

Sin duda, en la fase actual de la epidemia, se deben suspender todos los actos con gran afluencia de personas. Es más, se deben restringir al máximo todas las reuniones en espacios cerrados, con independencia del número de personas, limitando la duración al menor tiempo posible. Estas medidas, al igual que otras más drásticas como el cierre de escuelas y universidades, tienen como objetivo el distanciamiento social que contribuirá a enlentecer la velocidad de propagación de la infección. En esta fase de la epidemia todos somos susceptibles de infectarnos por este nuevo virus, frente al que no hemos desarrollado inmunidad y para el que no disponemos todavía de una vacuna. No obstante, cada uno de nosotros, con su actitud diaria, representa la mejor vacuna frente al virus: debemos ser rigurosos en el cumplimiento de la normas de contención y permanecer el mayor tiempo posible en casa o paseando en espacios abiertos.

Bloquear ciudades enteras -que ha resultado muy eficaz para contener la epidemia en China e Italia- debe adoptarse precozmente en zonas con una rápida propagación de la infección. En España se ha instaurado parcialmente en otras comunidades (Cataluña y La Rioja) y debiera haberse adoptado ya en otras las áreas con una elevada transmisión de la infección, como Madrid. Si queremos reducir la intensidad de la epidemia y evitar el colapso del sistema sanitario, es necesario adoptar con urgencia medidas excepcionales, como el bloqueo de ciudades enteras y, si es preciso de todo el país. Corresponde a las autoridades sanitarias y a los gobiernos activar planes de emergencia, que la ciudadanía va a entender, para frenar el avance de la pandemia. Por incómodas que resulten en nuestra vida diaria y por gravosa que resulten para la economía, estas medidas son ahora mismo estrictamente necesarias. A los ciudadanos nos toca ser rigurosos en el cumplimiento de las mismas. Es una cuestión de responsabilidad y de solidaridad. Está en juego la salud de todos y la vida de decenas de miles de personas.

Los síntomas del COVID-19 y de la gripe normal pueden ser parecidos, pero la capacidad de transmisión del primero es mucho mayor, y las consecuencias de la infección pueden ser más graves. Tomando como referencia los datos de la epidemia ocurrida en China, aunque la mayoría (80 %) de las personas infectadas tendrán una enfermedad leve, el 10 % pueden sufrir una neumonía grave que requiera ingreso en la UCI y ente el l y el 2 % (más del 10% de los pacientes más frágiles) fallecerán. Letalidad más de 10 veces superior a la de la gripe.