«Estoy seguro de que mis hijos y nietos, algún día conocerán la verdad de todo esto»

Carta abierta al señor coronavirus

Soy una persona mayor. Una de tantas. Sin estudios y sin más méritos que el de haber trabajado muy duro a lo largo de mi vida para sacar a mi familia adelante y que mis hijos tuviesen un futuro mejor que el mío. Como mucha gente más de mi generación. Nada importante.

No te conozco, ni ganas tengo de hacerlo. Solo sé de ti lo que veo y oigo a través de los medios de comunicación. Y no me gusta nada lo que dicen. Hasta ahora era así, pero desde hace unos días me he enterado de que algunos de mis amigos ya no están. Y todos te echan la culpa a ti. Así que eso no te lo puedo perdonar, porque me has dejado huérfano de las personas con las que todos los días paseaba, reía, jugaba la partida de cartas... y muchas otras cosas que no te cuento para no hacer muy larga esta carta. No te perdono, pero tampoco te condeno porque estoy plenamente convencido de tu inocencia y de que eres solo el instrumento que otros han utilizado para hacernos daño, con especial saña a las personas de mi edad. A quien sí me gustaría conocer es a tus padres biológicos para decirles unas cuantas cosas. Pero me temo que eso no va a ser posible, porque pronto me reuniré con los que me han precedido. Pero estoy seguro de que mis hijos y nietos, algún día, más pronto que lejos conocerán la verdad de todo esto. La auténtica verdad. Firmado: Un abuelo. José Manuel Vigo Mariño.

Cayetana blanquea la dictadura

Cayetana Álvarez de Toledo equipara el terrorismo con la lucha por alcanzar la democracia y libertades que ahora gozamos, en este caso acusando al padre de Pablo Iglesias, que en 1973 fue detenido por el régimen dictatorial al repartir propaganda a favor del Primero de Mayo. Confundir la violencia ciega terrorista con la defensa de las libertades da que pensar sobre sus vaporosos principios democráticos. Intuyo dos cosas, o ambas a la vez: mala fe o un intento de blanquear el franquismo. Miguel Fernández-Palacios Gordon. Madrid.

La declaración de Schuman

Se han cumplido 70 años de la Declaración Schuman, el sueño de forjar un proyecto común que parecía imposible, que ayudó a reconstruir el viejo continente, hecho trizas tras la Segunda Guerra Mundial, y que inspiró el proceso de integración europea para permitir, al fin, la reconciliación y propició el largo período de estabilidad y paz del que nos beneficiamos hoy en día. Robert Schuman supo leer el signo de los tiempos, junto con otros padres fundadores, en un momento de encrucijada y echando raíces en la enseñanza de la doctrina social de la Iglesia. Jesús Domingo Martínez. Gerona.

Muy agradecido a De los Cobos

Este coronel respetó la Constitución, las leyes, el trabajo de la policía judicial, de la Guardia Civil, el uniforme que viste, el cuerpo al que pertenece, etcétera. También demostró ser un hombre muy íntegro y profesionalmente, de diez. Y en términos jocosos: les metió una goleada a Marlaska y a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, que ya quisieran para sí Messi y Ronaldo. Siempre le estaré muy agradecido, señor coronel. Toño Rodríguez. Santiago.

Racismo: el caso de George Floyd

No hace falta ser muy inteligente, ni ningún lumbreras, para ver lo que han hecho estos asesinos también llamados policías. Las imágenes hablan por si solas: un hombre esposado, en el suelo, boca abajo, no es ninguna amenaza. Soy vigilante de seguridad y sé a ciencia cierta que un hombre, sea de la estatura que sea o tenga la corpulencia que tenga, maniatado y en el suelo no supone ningún riesgo. Con esto quiero decir que la rodilla presionando el cuello durante más de 5 minutos es un asesinato en toda regla. Es algo que tendría que revisar un tribunal, pero que no quede impune por ser policías. Si hay algo que tiene que quedar claro en todas las sociedades es que somos todos iguales. «El gigante amable», así llamaban a George Floyd, que deja una hija huérfana de 6 años por culpa de un inepto que no sabe hacer su trabajo. Espero que un caso como este nos sirva a todos para ser mas humanos y ponernos en la piel del otro por un momento. Edgar Herrera.

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