«Está claro que la mesa y la sillería del Consejo de Ministros no las pagaron los Franco»
OPINIÓN
¿Qué pueden llevarse de Meirás?
Todavía no se ha visto un criterio ad hoc, por parte de la Administración, para discernir qué pueden llevarse los Franco y qué no. Por lo cual sugiero lo siguiente:
1. Como criterio general y básico debería primar la presunción lógica de que todo lo que está dentro del pazo ha formado parte inicialmente de lo comprado y después regalado al jefe del Estado (empezando por la famosa biblioteca), como también un mobiliario mínimo (no le iban a regalar tal caserón sin un mobiliario inicial mínimo (aunque no haya inventario), que posteriormente habría ido incrementándose por deseos del general (o de su esposa) y pagados lógicamente por el Estado español
2. Solo debería autorizarse la retirada de aquellos bienes u objetos que por su propia esencia (vestidos) o por conocimiento público (trofeos de caza) se presumen privados. En los demás casos se deberá acreditar la propiedad con algún documento suficiente (facturas u otros medios indirectos) para poder llevárselos.
Está claro que la mesa y la sillería del Consejo de Ministros no las pagaron los Franco de su propio bolsillo, y como esto la gran mayoría del mobiliario: lámparas, muebles, cuadros, etcétera.
Que digan primero qué quieren llevarse y que aporten los papeles correspondientes.
Y, ¿a qué espera la Administración para proponer, legalizar y publicar un criterio lógico al respecto? Leopoldo Ballón de Vallugera. A Coruña.
Gracias, mamá
Gracias, gracias y no pararía de dárselas. Hace unos meses que nos dejaste, aunque sigues cerca de otra manera, nos sigues cuidando. Este fue tu papel de madre y lo que esto significa, darlo todo para sacarnos adelante, darlo todo para que nosotros diéramos lo mejor. Hiciste nuestro nido y nos refugiamos en él todos, cada uno a su manera; tú siempre estabas ahí, mirabas a cada uno, intuías nuestras necesidades, nos dabas cariño, protección, y todos acudimos a ti. Fuiste madre de 14 hijos, esposa durante 60 años, madre para tus nueras, yernos y nietos, acogías a todos con una generosidad envidiable, con una conversación amable, con una mirada que no pensaba en sí misma y lo veía todo; esas comidas todos juntos, esas cazuelas gigantes, ese querer tener todo a punto, tantos recuerdos bonitos y gratos.
Mamá, gracias, y gracias a todas las madres del mundo. ¡Qué grandeza de vida! Gracias a todas. Carmen Quintela. Navarra.