Basta un repaso a las noticias del día para comprobar que de esta pandemia no vamos a salir mejores, aunque sí más astronautas. En Van Horn, Texas, un grupo de personas contemplan cómo se va cumpliendo, allá a lo lejos, el sueño y capricho del multimillonario Jeff Bezos. Cierto es que, desde el espacio, los destrozos que hemos hecho a la Tierra se ven menos. Un bebé duerme, ajeno al acontecimiento, en brazos de una mujer. Es probable que el pequeño pase con Morfeo toda esta epopeya de 10 minutos y 10 segundos. Quizá lo despierten los aplausos celebrando el aterrizaje. Entonces se preguntará qué es toda esa atención y ese bullicio. Le dirán que varias personas están cumpliendo un sueño, algunas pagando millones de dólares. ¿Pero no es gratis soñar? En el mundo real cuesta un potosí. El sueño del dueño de Amazon produce dólares, veremos si monstruos. Astronauta en 10 minutos. Desde luego, ha sido un gran paso para Jeff Bezos. Quién sabe lo que será para la humanidad.