Lo que viene del INI: Ence y Alcoa

Uxio Labarta
Uxio Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

PEPA LOSADA

22 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La empresa pública, con el Instituto Nacional de Industria (INI) a la cabeza, se revela crucial en el desarrollo industrial, y pasados los años 70 llega a ser el primer empresario de Galicia, pues se convierte en «hospital de empresa» amortiguando la alarmante crisis de empleo industrial, y contribuye al desarrollo de nuevas especialidades, tal como señalan Nadal y Carmona en El empeño industrial de Galicia. Y derivadas de ese papel del Instituto Nacional de Industria tenemos dos de las empresas que hoy, y por distintos motivos, focalizan la crisis de la política industrial en Galicia, Ence y Alcoa. También Endesa. Ambas con una compleja historia entre sector privado y sector público, y un activo papel de la banca. También la gallega.

La Empresa Nacional de Celulosas de Pontevedra se inaugura en 1963 por el Instituto Nacional de Industria. En aquel entonces, en 1968, tenía asociada la fábrica de cloro-sosa de Elnosa dentro de Ence, de la que se separó en el 2001, y hoy cerrada por sus propietarios del grupo portugués Bondalti. El INI inicia la privatización de Ence en 1988 pero no será hasta el 2001 cuando se produzca la privatización definitiva. Una privatización que como recogía La Voz duraba más de trece años y en la que pesaban los problemas judiciales por cuestiones medioambientales y por su localización en una concesión de espacio público marítimo terrestre. Y en la que además de administraciones y organizaciones de defensa ambiental, se vienen enfrentando grupos de poder y representaciones sindicales. Un conflicto clásico ante las amenazas de pérdidas de puestos de trabajo, sea en el sector industria como en el sector servicios, como se puede ver en Alcoa o en la ya vendida Povisa.

Alcoa, sin embargo, no nació de la mano del INI, y su historia es más compleja. Aluminios de Galicia (Alugasa) llegará a propiedad del INI en el año 1983 a través de un complejo acuerdo, tras una importante deuda y la suspensión de pagos, con su propietaria la francesa Pechiney. A partir de ahí el INI fusionando cinco empresas públicas constituye Inespal, que el Gobierno del Partido Popular, con Aznar y Piqué, privatizará entre 1997 y 1998 vendiéndola a la norteamericana Alcoa. Los acuerdos en esta venta y privatización tienen más de una vuelta, como señalaba recientemente el profesor Carmona, y describía una crónica de 2018 de este periódico: «Alcoa pagó unos 390 millones, vendió 5 plantas de las 8, y en diez años recibió unos mil millones como compensación por estar dispuesta a reducir producción si lo requería la red eléctrica por problemas de sobrecarga, conocido como “interrumpibilidad”, que duró hasta 2013 cuando se implantó la subasta». Y es en los misterios de todo ello donde Alcoa sigue presionando actualmente al Gobierno de España, y quizá a la Xunta, sin que logremos conocer las razones de Alcoa para exigir vender a la SEPI pública y no a una empresa privada, que haberlas parece ser que hay. Nada nuevo. Tampoco en la política industrial, si es el caso.