Sorpresa política en Portugal

Francisco Carballo-Cruz PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UNIVERSIDADE DO MINHO

OPINIÓN

JOSE COELHO | Efe

30 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Contra todo pronóstico, el líder del PSD (centro-derecha), Rui Rio, venció en las primarias que, el pasado sábado, le enfrentaron al eurodiputado Paulo Rangel. Dada la aparente fragilidad de Rio, a pesar de los buenos resultados en las municipales de septiembre, Rangel forzó unas primarias que le permitirían disputar las generales como candidato a primer ministro el próximo mes de enero. Hace tres semanas Rangel preparaba un paseo triunfal hacia la victoria, dados los amplios apoyos con que contaba en la organización nacional, en las estructuras territoriales y entre los barones del PSD.

Pero Rio, que funciona bien bajo presión, preparó una campaña alternativa con pocas visitas al terreno y muy centrada en el contacto con los militantes a través de mensajes y redes sociales. El entusiasmo de Rangel fue perdiendo fuerza a medida que pasaban los días y que los resultados de las encuestas daban a Rio como mejor candidato a primer ministro para la mayoría de los electores portugueses.

La victoria de Rio demuestra que muchas veces la opinión de los militantes no coincide con la de los dirigentes de los partidos. Es más, puede ser muy diferente. Rio ganó porque apostó por una estrategia anclada en el centro-derecha, con guiños a ambos lados de su espectro político inmediato, porque asumió mejor su papel de candidato a primer ministro y porque fue muy transparente en su política de pactos poselectorales. Y ganó también porque es un político genuino, algo que muchas veces le ha pasado factura, pero que ahora parece haberle ayudado.

El estrecho margen de su victoria deja al partido muy dividido. Rio va a tener dificultades para hacer las listas electorales y la oposición interna continuará siendo un lastre para su acción política. Difícilmente ganará las elecciones generales del 30 de enero, pero va a restar votos al partido socialista (PS), porque contrariamente a Rangel fija votos en el centro y penetra mejor en el electorado de centro-izquierda. Por todo ello, Costa y el Partido Socialista no querían una victoria de Rio.

A medio plazo, el éxito del exalcalde de Oporto puede ser bueno para el país e incluso bueno para el Partido Socialista. Después de las elecciones, Rio puede tener un papel clave en la formación del nuevo gobierno, dado que las coaliciones formales o informales entre las formaciones de izquierda se antojan cada vez más difíciles. Una solución de gobierno con los principales partidos políticos del país, PS y PSD, parece ahora más próxima. Rio está disponible, Costa no la rechaza.