El invierno de Ucrania

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

KAI PFAFFENBACH | REUTERS

05 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Rusia está siguiendo su «política bélica» de lanzamientos masivos de misiles sobre Kiev (la capital ucraniana) y contra varias regiones del país, en una especie de azarosa ruleta rusa que sigue sembrando la muerte sin que ni siquiera se registren combates frontales. La realidad actual es que nadie sabe en Ucrania dónde van a ser los próximos ataques rusos, pero ya cuentan con que esto seguirá sucediendo, en una clara estrategia de someter a un pueblo agotado por la adversidad y las gélidas temperaturas.

En unas circunstancias tan singulares y complejas es difícil hablar de una guerra convencional, sobre todo cuando el 90 % de las víctimas son civiles, en unas ciudades devastadas y con muy escaso fluido eléctrico. Porque esta realidad es la que describen quienes nos informan desde esos lugares de riesgo, en los que no brilla la esperanza por ningún lado. Solo un pueblo como el ucraniano parece capaz de afrontar esa vida cotidiana con tal entereza, en medio de un progresivo amasijo de devastaciones y ruinas.

La realidad actual es que la vida sigue y que una heroica Ucrania resiste. Pero nadie sabe cuándo volverán los ataques rusos, aunque sí se sospecha que Putin no cejará en el empeño de quebrantar la resistencia en unas u otras partes de Ucrania.

La situación parece ser mucho más dramática de lo que se informa, porque hasta el acceso a la información es difícil en un lugar en el que el producto más vendido es el agua potable. Pero la realidad que se manifiesta es la de un pueblo que no se rinde y que se prepara para resistir mayores adversidades en un previsible invierno adverso y duro.

El orgullo de los ucranianos los ha ido convirtiendo a todos en acaparadores de reservas y de generadores para sobrevivir en el invierno, cuando las temperaturas desciendan a cerca de 20 grados bajo cero. Saben que no lo van a conseguir todos, pero el espíritu de rendirse no parece asomar por ninguna parte. Como tampoco parece verse ningún gesto de Rusia que no tenga un perfil bélico. De hecho, ya hay expertos mediáticos que, sumando las grandes nevadas y los más que probables bombardeos, hablan de que Ucrania se enfrentaría a su peor invierno desde la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué tiene que decir la OTAN ante todo esto? Hay que señalar con claridad que los países de la OTAN están cumpliendo en buena medida con lo acordado, pero quizá ya empiezan a percibir que lo acordado puede no ser suficiente. Lo que incluye la posibilidad de replanteamientos en un futuro próximo. Putin no tiene intención de ceder, y el mundo occidental deberá reconsiderar y reevaluar la situación, si no quiere asistir a otra ola migratoria ucraniana. Porque el futuro no está escrito.