«Nos preguntábamos si además de guardias eran psicólogos, porque jamás emplearon la violencia»

OPINIÓN

31 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuestras fuerzas de seguridad del Estado

Escribo estas líneas como agradecimiento y mi pequeño homenaje a nuestras policías. Nos acordamos de ellas solo cuando estamos en apuros. Nunca las necesité hasta que mi hijo, con una enfermedad mental, nos puso en peligro a mí y a mi familia. Antes de estar diagnosticado y medicado, cuando le daban sus brotes de violencia no éramos capaces de controlarlo, me veía obligado a llamar a la Guardia Civil, ellos acudieron a mi casa muchas veces. Mi esposa y yo nos preguntábamos si además de guardias eran psicólogos, porque jamás emplearon la violencia; con sus argumentos y mucha paciencia, lo convencían para que una ambulancia lo llevará a urgencias de psiquiatría. Recuerdo que en una ocasión un guardia me dijo que cuando acababa su servicio y ayudaba a una persona o a una familia como la mía se iba para casa tan contento como si le tocara la lotería.

Por todo lo que hicieron por mí y por mí familia, muchas gracias a todas las fuerzas de seguridad, y especialmente a la Guardia Civil de Oleiros, que es donde resido. Antonio Río Mahía. Oleiros.

Incertidumbre y desigualdad

Vivimos en una época que pintaron de progreso y nada lo parece. La inflación sigue aumentando y la precariedad en la cesta de la compra cada día es más notoria. La ley del sí es sí lo único que ha conseguido es aumentar la inseguridad en las mujeres, por no mencionar la ley trans, que va conseguir que seamos el país con más mujeres de Europa. No sé qué futuro le deparará a España después de las elecciones, pero, francamente, hubo tiempos de mayor bonanza y libertad en los 80 que ahora. Nuria González Rivas.

Maternidad

Las razones altruistas que plantea la moral de unos se enfrenta a las razones materialistas que plantea el bolsillo de otros. El debate sobre la gestación subrogada es encarnizado en un país en el que a una joven con 16 años se le reconoce la propiedad absoluta sobre su cuerpo en el aborto, pero se le niega a una mujer dueña de su vida que con 68 busca en el vientre de otra, dueña de su cuerpo, la felicidad, que no el capricho de la maternidad. Todos sabemos de la capacidad económica de esa persona, pero nadie puede saber de su fortaleza física y mental a pesar de su edad, del mismo modo que nadie puede saber lo que le reserva el destino a alguien en plena juventud. Son suposiciones que puede alegar la moral, como en el caso del aborto, pero que no pueden afectar a la legalidad, aduciendo la explotación de una mujer en un país que exige que la capacidad económica de la gestante sea solvente para poder iniciar el proceso. Luis Cabaneiro Santomé. Lugo.

Salorio: médico oftalmólogo, profesor, filósofo epicúreo

Reflejar en unas líneas la personalidad poliédrica del profesor Salorio se hace harto difícil. En estas líneas me gustaría centrarme en un enfoque menos conocido sobre su persona, lo que percibí como alumno y discípulo a lo largo de los 50 años desde que lo conocí.

Brillante oftalmólogo, quizá su rasgo más diferencial haya sido su filosofía de vida. Le apasionaba la vida y la disfrutaba, era un epicúreo. En esta escuela se trata de vivir una vida buena sin sufrimiento, buscando no tanto el placer sensorial, sino el intelectual. Salorio adoraba una buena mesa, pero disfrutaba igual o más con una popular con sus alumnos. Sin embargo, con lo que más gozaba era con una conversación o con una discusión científica. Le gustaba crear y razonar cualquier cosa que colmara su ansia de conocimiento.

Salorio, como Epicuro con El Jardín, formó su propia escuela. Ambas rompieron moldes. La de Santiago, con un catedrático accesible, próximo, liberal, culto, humanista, algo bohemio y soñador, donde todos, alumnos incluidos, éramos aceptados. Salorio también tenía su punto aristotélico. El peripatético proponía que para lograr la vida buena hay que practicar la virtud y usar la razón, más también son necesarios bienes externos como una familia, un entorno social que te apoye, cierto nivel de educación, salud y riqueza, e incluso una buena apariencia física. ¿Le faltaba algo a Salorio para cumplir los requisitos?

Con él no se aprendía solo oftalmología, sino a vivir la vida, a disfrutarla. Tenía tantas facetas, tanta valía, que se podría escribir sobre cada una de ellas un tratado. Alguien lo hará. Se dice que morimos en paz cuando, al volver la vista atrás, vemos que hemos sido fecundos. El Jefe, sin duda, ya está en la vida buena que persiguió durante 93 años. José Fernández-Vigo López (Cátedra de oftalmología. Facultad de Medicina. Universidad de Extremadura).

El PP y los evangélicos

A menudo, el poder religioso no se contenta con marcar la vida espiritual de sus fieles, sino que incluso ambiciona controlar la vida pública de todos. El PP, haciendo uso político de la religión al estilo bolsonarista para engatusar al votante latino en su absurdo mitin de contraprogramación a la cumbre iberoamericana, se entregó a una telepredicadora evangélica que no cree en la teoría de la evolución, sostiene que Dios cura el cáncer y bendijo a la derecha. ¿Qué pensarán los votantes católicos del PP de este guiño interesado a los evangélicos? La frontera entre política y religión debe ser tajante. Miguel Fernández-Palacios Gordon. Madrid.

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