El arte de llevar la contraria
El PP, antisistema y atrincherado desde hace tiempo, se opone a todo sin plantear alternativas. Cuando los saudíes compraron el 9,9 % de Telefónica, que Aznar malvendió, se rasgaron las vestiduras porque el Gobierno, según ellos, no hacía nada —es el capitalismo, amigos—. Ahora que el Estado compra el 10 % para defender esta compañía estratégica de España tampoco le gusta, pero no plantean nada.
Alemania, la Francia liberal de Macron o la Italia neofascista de Meloni, son ejemplos de países que han hecho lo mismo para blindarse de entradas de Estados extranjeros en sus empresas estratégicas. ¿Tiene algo que aportar el PP para el bien de España? ¿Cuál es su modelo para Cataluña? ¿Cómo quiere combatir la desigualdad? ¿Qué medidas implementaría para mejorar la vida de los ciudadanos? Miguel Fernández-Palacios Gordón. Madrid.
La carta
Nestas datas de ilusión, gustaríame escribir unha carta ilusionante. Esta carta. Por iso desexo e pido a quen corresponda e haxa que facelo, que deixemos de ser tan egoístas. E sigo desexando e pedindo a quen corresponda e haxa que facelo, incluídos a nós mesmos, a min mesmo, que non empurremos o mundo a peor. Entendendo por mundo este cativo anaco de terra que cada día pisamos e no que, entre tanto ir e vir, subir e baixar, o vamos emporcando todo. E non só de lixo, que tamén, senón desoutro tipo de porcallada que nos enreda ata non ver más alá do que nos convén. Aínda que esa conveniencia sexa a dor dun veciño. Manuel Iglesias. O Carballiño.