«Ya pagamos impuesto de circulación, ¿por qué pagar por estacionar en la calle?»

OPINIÓN

Sandra Alonso

24 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Pan y circo

Una señora sexagenaria se cae en una calle de Ferrol, se daña un hombro y tardan 17 meses en llamarla para hacer una resonancia. Otra señora de más de noventa ingresa en el hospital y nadie la levanta a diario al sofá para que no pierda movilidad, ni le dan de comer, su familia tiene que organizarse para prestar estas atenciones básicas. Un matrimonio de cuarenta y cinco, vecinos de estas señoras, tiene dos hijos, el mayor acaba de aprobar la ABAU con una nota media magnífica, pero la beca no es suficiente para que pueda estudiar fuera de casa aquello que le gustaría y en lo que realmente es talentoso. Pero sus padres no pueden asumir el gasto porque, además de la subida del coste de la vida propio de estos tiempos de hiperinflación, les toca renovar el contrato de alquiler y la vivienda se llevará otro buen pico sus ingresos.

Mientras estas cosas suceden, los líderes políticos están preocupados por tener seguidores en las redes sociales y decir bravuconadas, pues saben que es ese circo el que realmente genera votantes fieles. Roberto García Fernández. Moeche.

Aparcar

Contaminación, ruido y prisa, palabras que asociamos rápidamente a la ciudad. Aunque si hay algo vinculante con la vida urbana y que en el día a día puede sacarte de quicio es no encontrar aparcamiento, hasta en el hospital hay que pagar para estacionar y recoger un análisis. Antes era un lujo aparcar en aparcamientos privados y ahora es un lujo hacerlo en la calle. La calle es pública, me pregunto en qué momento perdimos ese derecho. Siempre aparecen las dichosas rayas azules pintadas en lugares donde aparcabas sin problema. Los ciudadanos ya pagamos impuestos de circulación en cada ayuntamiento, no sé a cuento de qué hay que pagar por estacionar en la calle. A lo mejor eres un afortunado que tienes garaje privado y esta queja no va contigo; pero el resto de los mortales tendremos que esperar al nuevo mundo, cuando la riqueza esté repartida y los coches vuelen y no contaminen. Virginia Fuentes Rivero.