¿Un estorbo? No, mujeres trabajadoras
Antes se trabajaba para vivir y ahora vivimos trabajando… parece que cuantos más derechos nos aprueban, menos derechos tenemos, y peor vivimos… Esto es lo que ha pasado en el gremio de la limpieza. Ya no tenemos memoria, y parece muy lejos, pero durante la crisis del covid se publicaban noticias todos los días explicando que, junto con el personal sanitario, las limpiadoras éramos indispensables. Recuerdo a Feijoo agradecer personalmente a este gremio el esfuerzo y prometer que nos iban a «premiar» por el trabajo que estábamos haciendo. Nos ensalzó cuando dijo: «Galicia supo cuidar de Galicia». Aunque no nos veían, intuían nuestro perfil: trabajadoras humildes. Casi el 90 % de las plantillas de las empresas de limpieza somos mujeres que, además de afrontar la vida laboral, nos echamos a las espaldas la vida familiar. Alguna compañera comentó: «Nunca estudié pero he sido cuidadora, madre, amiga, economista, mediadora… Y todo el esfuerzo a través del que hemos conseguido derechos no impide que sigamos peleando porque esos derechos nos los quieren arrebatar». Desde hace año y medio las personas que integramos la plantilla de limpieza de la Xunta llevamos peleando para cobrar los mismos conceptos retributivos que los laborales, tal y como marcan nuestros acuerdos. Nos hemos movido cielo y tierra para que se nos pague el «complemento desempeño». A las puertas de las elecciones autonómicas, la Xunta aceptó que teníamos derecho a recibir ese plus. Pasaron las elecciones y las palabras se las llevó el viento. La Xunta abonó parte del dinero pero no sabemos a quién pues a los trabajadores nunca les llegó ni el primero euro. Ahora no somos heroínas, somos estorbos, pero lucharemos. M. M. Santiago.