Con tu Justicia no se negocia

María Emma Ortega Herrero FIRMA EL ARTÍCULO EN NOMBRE DE LOS MIEMBROS DEL COMITÉ NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN JUDICIAL FRANCISCO DE VITORIA

OPINIÓN

María Pedreda

10 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta carta va dirigida a la ciudadanía, a ti como ciudadano. Como juezas y jueces que trabajamos cada día en juzgados y tribunales de toda España, sentimos la necesidad de dar un paso al frente, de hablar claro. Y lo hacemos porque creemos que el Proyecto de Ley Orgánica de Ampliación y Fortalecimiento de la Carrera Judicial y Fiscal presentado por el Gobierno ante el Congreso de los Diputados te afecta directamente a ti, a tus derechos.

La Justicia es uno de los pilares que sostienen nuestra democracia. Debe ser imparcial, independiente y profesional. No puede estar al servicio de ningún poder político ni de ideología alguna; tiene que estar al servicio de la sociedad, de la ciudadanía. A tu servicio.

Pero la reforma que se ha presentado en el Congreso va justo en la dirección contraria. Y queremos explicarte cuáles son nuestras preocupaciones y por qué:

—Se rebaja el nivel de exigencia para ser juez o fiscal, eliminando pruebas clave en las oposiciones.

—Se consagra una carrera judicial a dos velocidades, privilegiando formas de ingreso ajenas al rigor técnico que debe presidir todo acceso a la misma y sin suficientes garantías de imparcialidad.

—Se quiere regularizar a cientos de jueces y fiscales interinos sin un proceso riguroso, mediante un proceso de carácter extraordinario. Esto, más que una solución, puede empeorar la calidad del servicio público que tú necesitas porque pone en riesgo los principios constitucionales de mérito y capacidad. Entre tres mil y cuatro mil opositores jóvenes que hay en este país se verían afectados en gran medida, por cuanto se colocarían por delante de ellos en el acceso de seguirse este proceso extraordinario.

—Cambian las reglas internas del sistema judicial, sin respetar la pluralidad y limitando la participación de los propios jueces en sus órganos de gobierno.

—Se pretende que el Parlamento elija a algunos miembros de la Comisión de Ética Judicial, lo que podría poner en duda su independencia y hacerla vulnerable a intereses políticos, amenazando la credibilidad de sus dictámenes y menoscabando la función ética que debe ejercer dentro del Poder Judicial.

—Se proyecta la creación de un centro público de formación de opositores dependiente del Ministerio de Justicia, que también gestionará las becas. Esto pone en riesgo la neutralidad del acceso a la función judicial y fiscal, conllevando un riesgo cierto de control ideológico en el acceso a la carrera judicial y fiscal por parte del Ejecutivo, al depender dicho centro del mismo, y, con ello, poniendo en riesgo la separación de poderes.

—Se recortan los recursos de las asociaciones judiciales, que son el único cauce legítimo que tenemos para alzar la voz de forma colectiva, debilitando su papel de defensa de nuestro Estado de derecho.

Y esto debería importarte. Porque cuando la Justicia pierde independencia y se vuelve una Justicia dependiente, debilitada o instrumentalizada, deja indefensos a los más vulnerables y socava la confianza en ella. Como jueces, queremos una Justicia moderna, ágil, bien dotada y cercana. Pero no puede construirse una Justicia moderna sin escuchar a quienes la sostienen cada día desde los juzgados, sin contar con quienes la conocemos desde dentro y trabajamos por ella cada día.

Mejorar la Justicia no es rebajarla. No es politizarla. Es garantizar que, cuando tú acudas a un juzgado, la persona que te atienda esté preparada, sea independiente y actúe con honestidad y rigor.

El verdadero fortalecimiento de la Justicia pasa por dotarla de medios, convocar plazas suficientes, garantizar una formación sólida, promover la especialización con criterios objetivos y preservar la independencia frente a cualquier poder.

No levantamos la voz en nombre propio, sino por principios. Por ti. Por tus derechos Por una Justicia en la que puedas confiar. Porque sentimos que se está atacando esa confianza en nosotros.

Por ello, te apelamos como ciudadano y apelamos a los profesionales del derecho, a las instituciones europeas y a los poderes públicos para que tengan en cuenta a sus jueces y abran un verdadero proceso de diálogo, plural y respetuoso. Se está tramitando el proyecto por la vía de urgencia, hurtando así a jueces, fiscales y resto de operadores jurídicos del diálogo necesario.

Pero el diálogo no es una opción; es una exigencia democrática para llevar a cabo una reforma que realmente suponga el fortalecimiento de la carrera judicial y fiscal, una reforma que sirva de verdad a los intereses de la sociedad, que son los tuyos. Solo desde el entendimiento, la transparencia y el respeto mutuo podremos avanzar hacia un sistema de justicia más eficiente y equitativo. Eso es lo que queremos. ¿Lo quieres tú también?

Porque sin jueces independientes no hay democracia.

Porque con tu Justicia no se negocia.