Noviembre de 1975. Muere el dictador Francisco Franco. Su régimen, autoritario, cruel liberticida y corrupto no le sobrevive. España acaba siendo una democracia consolidada.
El franquismo no favoreció ni el orden ni el talento, solo sus reversos, la represión y la mediocridad. Con datos en la mano, con hechos, no hay quién pueda respaldar que antes se vivía mejor, pero esa percepción hoy no la comparte un buen porcentaje de votantes. Según las encuestas, entre ellos hay un nutrido grupo de jóvenes, sobre todo varones. ¿Es sorprendente? Solo en cierto grado
Por resumirlo mucho, les han contado un relato fantástico, con guion de anuncio de cosméticos (esto es así porque sí, porque yo lo valgo) y les ha gustado. Y no han sido los medios tradicionales.
Noviembre del 2025. Hace 18 años que Steve Jobs presentó el iPhone y abrió la puerta a la era de la movilidad. Ahora le toca votar a los que nacieron en aquel 2007. Han tenido smartphone y redes sociales desde siempre. Son su ecosistema natural para entretenerse e informarse. ¿También para decantar su sufragio? No tengan dudas. No solo pasa con los jóvenes. Hoy vivimos pegados a una pantalla. Consumimos en bucle y de forma pasiva vídeos cortos recomendados por algoritmos. Con ellos es fácil generar olas, contagiar términos, actitudes, ideas y, sobre todo, prejuicios.