Riesgo extremo de fuga
OPINIÓN
El juez Leopoldo Puente ha enviado a prisión al exministro José Luis Ábalos y a Koldo García, tras advertir «riesgo extremo de fuga» y después de la demanda realizada por la fiscalía anticorrupción y la acusación popular, encabezada por el Partido Popular.
No tengo claro cómo se advierte el riesgo de fuga, o tal vez sí existe un protocolo claro sobre el momento en que, avecinándose el juicio, los jueces piensan que hay que tener a buen recaudo al investigado para que no se ausente. Lo que sí me sorprende es la coordinación que hay entre algunos actores jurídicos y políticos para interpretar con certeza y claridad meridiana estos códigos no escritos.
Todo apunta a que eso que llamamos el riesgo de fuga se nutre de la subjetividad del juez: ahora creo que no hay riesgo, ahora creo que sí. ¿Y por qué? Porque lo digo yo, que para eso soy el juez. Y no tengo ninguna duda de que en su competencia y experiencia el señor magistrado sabe mucho de esto.
Pero, sí es así, su señoría podía habernos ahorrado la dramatización de la jugada, la venta en episodios de la secuencia; haber metido a Ábalos en prisión el mismo día que el exministro se presentó ante el juez con la muda y las cosas de aseo por si el magistrado decretaba que esa noche ya no dormía en casa.
El juego de la comunicación ha entrado en la judicatura. Los jueces, como los periodistas, como los políticos, quieren hacer que su estrella brille el mayor tiempo posible en los medios, y para eso utilizan las mismas técnicas. Hoy lo llamo a declarar bajo amenaza de entrar en prisión, la noticia es que no entra, lo amenazo con que puede entrar cualquier día, diez días después lo encarcelo... Eso son al menos dos semanas de titulares de prensa, de protagonismo.
Hace algunos años se hablaba de los jueces estrella con recelo, eran una excepción que vulneraba la tradicional discreción judicial. Ahora son la norma, sobre todo en los niveles altos de la judicatura, quieren ser estrellas y que nadie ponga en tela de juicio su propio juicio.
Yo no creo que haya ninguna mujer que no esté asqueada de los comentarios de Ábalos y Koldo, ni que haya ningún demócrata a quien no le repugnen las evidencias que se están conociendo cada día. Pero el circo en que se ha convertido la justicia ha roto totalmente la relación de la ciudadanía con la institución judicial.
No ha habido en la historia de España un momento de mayor desprestigio judicial que este. Incluso en casos en los que todas estamos de acuerdo en que se investigue y se condene a los culpables, si lo son, las formas actuales de la judicatura dejan mucho que desear.
Es la primera vez que un parlamentario en activo entra en prisión, no sé si habla mal del momento político o del momento judicial, cada uno puede elegir.