La provincia de Ourense sumó nuevos cotizantes extranjeros en el último año

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Aumenta en los últimos meses el colectivo de trabajadores que no procede de la UE

25 jul 2017 . Actualizado a las 11:08 h.

Abrirse camino lejos del lugar en el que uno ha vivido durante años no resulta fácil y tampoco Ourense es el lugar ideal para emprender, sin embargo la cifra de extranjeros que contribuyen a llenar la hucha de las pensiones desde esta provincia crece a paso lento, pero firme. Hace tan solo unos días el Ministerio de Empleo publicaba los datos relativos a la afiliación de extranjeros en España, donde son casi dos millones los inmigrantes que están afiliados a la Seguridad Social. En Galicia hay 31.676, tras el incremento del 5 % registrado a lo largo del último año. Ourense se encuentra a la cola en este capítulo y la cifra de trabajadores foráneos se queda en 4.187, si bien son más que los que había hace un año, algo positivo en un territorio en que solo un tercio de la población cotiza. Así, entre junio del 2016 y el mismo mes de este año se han dado de alta 163 nuevos trabajadores.

Y resulta llamativo que cada vez sea más importante el grupo que no procede de la Unión Europea. Aunque Portugal sigue siendo el país que más trabajadores aporta, crece la población llegada de Sudamérica. Así, actualmente hay casi 1.900 cotizantes extranjeros que no proceden de la Unión Europea. Entre ellos hay 1.452 afiliados al régimen general, mientras que otros 432 prestan servicio bajo el paraguas del seguro de autónomos. Entre los que proceden de la comunidad europea, 2.300 en total, hay 450 autónomos y otros 1.853 que se encuentran en el régimen general. En cuanto a sexos, los hombres son mayoría, con 2.253 frente a 1.935 mujeres. Ellas son más, eso sí, dentro del colectivo que procede de fuera de las fronteras comunitarias.

«Llegan familias enteras de venezolanos que quieren montar aquí un negocio»

La llegada de extranjeros a la provincia se nota especialmente en el colectivo de venezolanos, que salen masivamente del país ante la compleja situación política y social que allí se vive. Muchos son oriundos de la provincia, pero otros son venezolanos con raíces aquí que buscan una segunda oportunidad. «La llegada se ha incrementado de forma exponencial. Ahora ya no viene un miembro de la familia primero para abrirse camino, sino que llegan grupos enteros que dejan todo allí, incluso regalan sus bienes si no les da tiempo a venderlos. Sobre todo este último año se ha notado muchísimo; no hay semana que no conozca a una familia recién llegada», afirma Lorenzo González Rodríguez, presidente de la asociación Alma Llanera. La agrupación calcula que en la provincia de Ourense el colectivo de venezolanos es de varios miles, incluidos los retornados, y afirma que, en cuanto se asientan, en lo primero que piensan es en trabajar. «La mayor parte de ellos lo que quieren es montar su propio negocio, pero la verdad es que se están encontrando con numerosos trámites burocráticos», reconoce Lorenzo, que lleva ya varios años en la provincia y regenta un local de hostelería, un sector que reconoce «complicado», pero en el que asegura que le está yendo bien. «El venezolano que viene necesita trabajar porque el dinero que tiene se le acaba, pero no está encontrando demasiadas facilidades». La complejidad de los trámites necesarios para montar un negocio es una queja recurrente en la página web de la asociación, que recibe unas seiscientas visitas mensuales, si bien reconoce Lorenzo, «es un problema con el que también se encuentran los españoles».

Sin el visado

En la asociación conocen también los casos de otros compatriotas que llegan como turistas, sin el visado, y «están dispuestos a trabajar de lo que sea». Para ellos el sector de los servicios suele ser una buena oportunidad. Asegura el representante del colectivo que, de hecho, hoy por hoy, los que llegan con el visado «son los menos», ya que se trata de personas que viajan con intención de poder regularizar su situación en poco tiempo. «La desesperación está haciendo que la gente salga del país y cuando llegan están dispuestos a trabajar de lo que sea para regularizar su situación. Se trata casi siempre de personas preparadas», incide.