En la provincia más de 150 mujeres viven protegidas por órdenes de alejamiento

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La Policía Nacional, con el apoyo de la Autonómica, hace el seguimiento de las víctimas de violencia de género

30 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Policía Nacional se encarga de recibir las denuncias por violencia de género y de gestionar el seguimiento de protección a las víctimas. Una labor en la que también interviene la Policía Autonómica, que asume el 17 % de los casos. Hasta hace un mes, la Policía Local lo hacía con aquellas situaciones denominadas «no apreciables» o de «bajo riesgo». El Concello de Ourense ha decidido que este último cuerpo deje de realizar estas funciones. Actualmente la Policía Nacional presta protección a 111 mujeres en la capital ourensana y la Autonómica a más de 30. A estas hay que sumar las que todavía son protegidas por la Policía Local, hasta que se abandone de forma gradual este servicio.

los primeros pasos

La denuncia. Puede llegar a través de una llamada teléfono o en la comisaría. La realiza la propia mujer, un testigo o la Policía Nacional de oficio. El primer paso consiste en escuchar a la víctima y localizar al autor de los hechos, al que se detiene. Se traslada a la mujer al médico para que presente parte de lesiones, aunque no sean aparentes. Después se denuncian los hechos en el juzgado y se celebra un juicio rápido. Es importante, subrayan desde la Policía Nacional, dejar hablar a la mujer antes de preguntar. Luego se la interroga para conocer el grado de gravedad de las situación. Es más habitual de lo que debería que, tras una llamada, la mujer opte por no denunciar o que no se presente en el juzgado cuando es requerida. La razón principal es el miedo a que la denuncia no sirva para nada o la vergüenza social. Además, en el juzgado debe contar de nuevo el episodio de violencia. Es lo que se denomina «segunda victimización».

La protección

Niveles de gravedad. Es el juzgado el que decide si interpone contra el hombre una orden de alejamiento y si da luz verde a la protección a la mujer. Con un test que realiza la Policía Nacional se valoran los riesgos. Estos se dividen en: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo. De la protección en los niveles inferiores se encarga la Policía Autonómica. Y del resto, la Nacional. En casos extremos se coloca a la víctima una pulsera y al agresor una tobillera para saber en todo momento en donde se encuentran y actuar en caso de que la orden de alejamiento se incumpla. Una alarma avisa. En todos los casos se realizan seguimientos continuos, para conocer cómo avanza la situación y si se debe cambiar el nivel de riesgo. Además, la Policía cuenta con una aplicación directa en la que puede consultar, entre otras cosas, si el agresor tiene otras denuncias o condenas previas por los mismos hechos.

COntrol

Un número de teléfono personal. Todas las víctimas tienen un teléfono personal del funcionario encargado de su protección. Pueden utilizarlo en cualquier momento. Por ejemplo, si tienen alguna duda o si necesitan informarse sobre algún tema. No solo en caso de extrema gravedad

caso tipo

Síndrome de la mujer maltratada. En el caso de la violencia de género no existe ni edad ni clase social. Ni de la víctima ni del agresor. Pero sí, aseguran los expertos, existe el síndrome de la mujer maltratada y del hombre violento. Las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia están sometidas, tienen baja autoestima y niveles altos de ansiedad. Ellos suelen ser muy impulsivos, tienen falta de control sobre su ira y cada vez explotan de forma más frecuente. Suelen aislar, seducir, adular y controlar a sus parejas.

menores

Aumento del machismo. En Ourense existen denuncias por violencia de género por parte de menores y se ha notado un aumento. Las conductas de los jóvenes tienden a ser machistas y ya se ve en los colegios. La violencia de género no comienza con un bofetón, sino con un aislamiento, que es la forma más fácil de controlar a una persona. Separándola de los amigos, de la familia...

Los equipos

De la Nacional y Autonómica. Los casos de violencia de genero y de malos tratos (violencia doméstica) se coordinan en la Policía Nacional en la Unidad de Familia y Mujer (UFAM). En Ourense está compuesta por un inspector, un subinspector, un oficial y tres policías, todos hombres. La Autonómica en la provincia cuenta con cuatro personas para estas tareas. Se encargan de asegurar la protección de la mujer en todo momento.

Derecho a asistencia social, jurídica, laboral y económica

Desde el 28 de diciembre del 2004 las mujeres víctimas de violencia de género tienen una serie de derechos reconocidos por ley.

Además de poder solicitar una orden de protección, les pertenecen una serie de acciones encaminadas a restituir su situación social, familiar y económica.

Tienen derecho a recibir asesoramiento e información sobre su situación y a una asistencia jurídica gratuita. Ellas y sus hijos, si los tuvieran, podrán recibir una asistencia integral a través de los servicios sociales. Cuestiones que tienen que ver con la atención psicológica, el apoyo educativo a la unidad familiar o a la formación e inserción laboral. Si la víctima es trabajadora por cuenta ajena tiene derecho a la reducción o reordenación de su tiempo de trabajo y movilidad geográfica. Las ausencias o faltas de puntualidad al trabajo que estén motivadas por la situación fisica o psicológica de la violencia de género se consideran justificadas, entre otros beneficios. Si es trabajadora por cuenta propia, en caso de cese de su actividad, para hacer efectiva su protección, se le suspenderá la obligación de cotizar durante seis meses. Las víctimas pueden recibir una serie de ayudas sociales, en caso de necesitarlas, que varían en función de su renta y de sus responsabilidades familiares, entre otros motivos. También son consideradas prioritarias en el acceso a viviendas protegidas y a residencias públicas para personas mayores.