María Teresa Rodríguez, funcionaria: «Si no uso mascarilla, no puedo trabajar»

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE

OURENSE

M. V.

Ha pedido traslado porque reconoce que le cuesta respirar debido a la falta de ventilación natural

15 abr 2019 . Actualizado a las 10:11 h.

Los problemas de salud comenzaron para ella tras el traslado al nuevo edificio judicial de O Couto. Tiene desde hace décadas un pólipo en una cuerda vocal, pero en sus treinta años de carrera como funcionaria de justicia nunca le había pasado lo que está sufriendo ahora, y que la obliga a usar una mascarilla para poder desarrollar su trabajo en el juzgado de Familia. «Se me resecan las cuerdas vocales y empiezo a toser sin parar; se me irrita la garganta y cada vez me voy encontrando peor», cuenta María Teresa Fernández, detallando que «las complicaciones comenzaron cuando vine para este edificio, porque era como si se me pusiera un cartón en la garganta y no me dejara respirar. Alguna vez me tuve que ir del trabajo, porque no podía respirar. Mi sensación era como si estuviera en una obra desescombrando, sobre todo al principio, cuando nos metieron aquí con todo el polvo de la obra, con mucha porquería». «Al no haber ventilación natural, el polvo circula de un lado para otro, y eso que por ahora el edificio no tiene muchos años, ya veremos qué pasa cuando sea más viejo», cuenta la funcionaria, que debido a esta situación en la primavera del 2016, un año después del traslado, se quedó sin voz durante un mes. Entonces fue a varios especialistas y el otorrino, que atribuyó su situación a las condiciones de su centro de trabajo, le recomendó usar una mascarilla con filtro. «Con ella puedo trabajar, si no, no podría, pero es realmente incómodo pasar todos los días la jornada laboral con ella puesta», relata la perjudicada, que en noviembre pasado, y con el apoyo del sindicato SPJ-USO, decidió poner a la administración al corriente de su situación y solicitar un traslado. En enero, y tras una queja sindical, la llamaron para un examen médico del que aún aguarda el informe. «Esperaré a ver lo que me dice la Xunta pero si no me cambian de edificio, no descarto recurrir a la vía judicial. Llegaré a donde tenga que llegar porque se trata de mi salud», advierte.